Recibimos con agrado la invitación para una tarde musical. La sala de cámara del Auditorio se parecía al comedor de una familia numerosa. El piano abierto, una mesita, una lámpara y una jarra de agua fresca. El programa aconsejaba cerrar los ojos y escuchar atentamente (lástima del endiablado alemán) el lento deambular de las notas. "Viaje de invierno" ("Winterreise"), con letra de Wilhelm Müller y música de Franz Schubert, presagiaba melancolía y una lenta observación del paisaje que emergía entre las canciones. Un viaje externo que se acompaña de un recorrido interior por la vida. Lástima de no disponer de algo tan bello en nuestro propio idioma.

Joan Martín-Royo, acompañado al piano por Pierre Réach, no es una promesa, es una realidad extraordinaria. Afinación, ritmo, fortes y pianísimos, posición corporal, escena, dicción. Todo. Lo tiene todo y sabe expresarlo con maestría. Pasaron los minutos y al abrir nuevamente los ojos flotaba en el ambiente el recuerdo del largo recorrido invernal. No era un sueño. Habíamos tenido la oportunidad de asistir a un auténtico placer de los sentidos. Al salir hacia la calle, el camino del otoño-invierno ovetense nos recibía con la preciosa sonoridad del tilo.

Gracias a los artistas. Gracias a los organizadores. Un comentario general era patente entre los asistentes. Música y poesía como las que pudimos disfrutar el pasado domingo en el Auditorio merecen una mayor publicidad y concurrencia. Además, debe saberse que lo recaudado, por la voluntad de los presentes (más bien escaso dado el bajo número de asistentes), fue íntegramente a Le Refuge Kol, un centro socioeducativo ubicado en Camboya. Cuenta corriente para donativos: (ES86 2100 1008 4702 0032 4658).