230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

El roscón

Siempre quedan restos de las navidades, dentro y fuera de casa. Peladillas y algo de turrón esparcido en una bandeja, el adorno de la puerta, a veces el belén o el árbol esperando turno en el trajín de la rentrée, los colgantes de luz en la calle, aunque apagados, algunos tenderetes en plena tarea de desmontaje en las plazas. Es tremendo, lo que agobian cuando están, y lo que se las echa de menos en cuanto se han ido. Pero lo más vivo en ese trance algo desolado del día después es el trozo residual de roscón, que aunque seco aún aguanta para mojar en el café del desayuno. Se supone que celebra que los días vuelvan a crecer, tras apagarse la luces que habíamos encendido para animar al sol a renacer; pero el origen da igual. Yo lo veo como un gran cero, para empezar la cuenta adelante, y a la vez como la rueda que hay que hacer girar, para ayudar a que lo haga el cosmos. Así que a rodar.

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