Diputado regional y portavoz de sanidad del Grupo parlamentario Popular

Sobrepasados por la gripe

Una cadena de imprevisiones que se repite año tras año

Un año más (y ya van...) el Sespa se ha visto sorprendido y claramente superado por la incidencia de la gripe. Si bien los casos aparecidos han superado claramente el índice de casos esperados -lo que constituye y define el concepto de epidemia-, la reacción de la Consejería de Salud ha sido insuficiente e ineficiente. Como siempre.

Cada año se repite la misma historia y, cada año, independientemente de la magnitud de los casos aparecidos, el SESPA y la Consejería de Sanidad, como máxima responsable, se ve sobrepasada por los acontecimientos.

En la campaña de gripe 2016-2017 se han concatenado una serie de "catastróficas desdichas" que, conjuntamente a esta falta de previsión, han provocado el colapso. Se comenzaron a vislumbrar algunos datos preocupantes a finales de noviembre y principios de diciembre pasados. Desde distintos sindicatos profesionales se anunció que los centros de Atención Continuada se estaban viendo desbordados por la afluencia de casos de gripe y la insuficiente plantilla en disposición de atenderlos. La respuesta de la Consejería fue que no había posibilidad de contratar más médicos porque ¡estaban preparando la Oferta Pública de Empleo!

En algunas áreas, como la IV (Oviedo) se tomaron unas medidas mínimas, claramente insuficientes, pero es que en áreas como la III (Avilés) y la V (Gijón) no solo no se hizo nada, sino que se rozó la irresponsabilidad. En el área de Gijón los equipos de Atención Primaria de Urgencias llegaron a atender 147 pacientes con un médico y una enfermera, y otro equipo tuvo que realizar 27 domicilios en 12 horas. En las consultas del Punto de atención Continuada de Puerta de la Villa las esperas llegaron a ser de tres horas para recibir atención. Por supuesto, la población actuó como se esperaba ante la falta de efectivos y respuesta en la Atención Primaria: se dirigió a las urgencias hospitalarias.

En los hospitales, cada año, las distintas gerencias de área, todas, realizan las mismas previsiones. Dado que se prevé una disminución de actividad en intervenciones y consultas, se procede al cierre de plantas y se concentra la actividad hospitalaria en las que van a permanecer abiertas. El personal sanitario (enfermería y auxiliares de enfermería), mientras tanto, se sustituye por personal eventual a la vez que se ve desbordado por el "sobreaforo" de dichas plantas. Es un eslabón más en la cadena de imprevisiones y desastres que se acumulan en el proceso.

Ante un aumento de la afluencia de usuarios a las urgencias, las plantas hospitalarias no pueden procesar el flujo de ingresos y estos se "eternizan" en la espera, que puede llegar a ser de horas, al principio, y de días en algunos hospitales, como ya se ha visto.

Desde las gerencias hospitalarias se procede, entonces sí, a actuar con urgencia. Se procede a abrir las plantas cerradas, progresivamente, y a acelerar las altas de los pacientes ya ingresados. En ningún momento se actúa proactivamente, sino que se va siempre a la cola de los acontecimientos, hasta que el acelerón les hace patinar.

En el planteamiento preventivo de la enfermedad ha pesado mucho el modelo de "recurrencia periódica", defendido durante muchos años por Kilbourne hasta que lo abandonó al constatar que "no hay un patrón predecible de periodicidad" y que "cada una es distinta de las otras", y sin ciclos hay poca base para predecir la emergencia de pandemias o epidemias locales.

En resumen, las previsiones de incidencia de la gripe pueden ser más o menos acertadas, pero las actuaciones de las autoridades sanitarias, Consejería, Sespa y gerencias, siempre es la misma, rutinaria y previsible, claramente insuficiente y superada por los acontecimientos (y las evidencias). Como ya hemos denunciado tantas veces desde el Partido Popular, la política sanitaria de los socialistas consiste en una gestión a base de parches y a remolque de las necesidades reales de la ciudadanía. Nunca hay previsión y nunca se asumen responsabilidades por parte del gobierno regional, un gobierno en decadencia y seco ya de ideas, que se limita al victimismo y a echarle la culpa a los acontecimientos.

Compartir el artículo

stats