Quería la comisión gestora del PSOE que preside el asturiano Javier Fernández retrasar lo más posible la elección del nuevo secretario general y la celebración del congreso federal con el objeto de enfriar los ánimos, de llegar al cónclave con una organización si no unida, al menos sí dispuesta a restañar las profundas heridas que supusieron la dimisión de Pedro Sánchez y la inmediata designación de una dirección temporal de la organización que fue rechazada desde el minuto uno por un sector más o menos amplio de la militancia.
En los meses que lleva al frente del PSOE (desde el 1 de octubre del pasado año) la gestora socialista ha logrado una cierta pacificación de la formación. Además, Javier Fernández y sus colaboradores en la calle Ferraz de Madrid han conseguido algo que no parecía nada fácil cuando se hicieron cargo del partido: que éste siguiera funcionando con normalidad en todas las instituciones, dejando a un lado la grave crisis interna.
Pero, quizá, la comisión gestora y las organizaciones territoriales que la respaldan no valoraron convenientemente los contras de la decisión de alargar su interinidad hasta junio. El propio Javier Fernández lo reconoció públicamente al señalar que algunos candidatos a la secretaría general probablemente se habían precipitado a la hora de anunciar que concurrirían a las elecciones primarias. Porque sí, porque son demasiadas semanas de precampaña, que pueden acabar encrespando de nuevo los ánimos entre los dos principales sectores enfrentados, el de los seguidores de Pedro Sánchez y el de los de la andaluza Susana Díaz.
Y es dentro de este dilatado proceso de nerviosismo preelectoral en el que se inscriben las declaraciones de ayer de la asturiana Adriana Lastra, una de las personas de la máxima confianza de Sánchez y también una de las más combativas. Probablemente tenga razón al resaltar el nerviosismo de muchos de los barones socialistas, pero al hacerlo también muestra la ansiedad de quienes apoyan al ex secretario general. Y sus críticas a la gestora, y por lo tanto a su presidente, Javier Fernández, auguran un recrudecimiento de los enfrentamientos. Se les van a hacer muy largos a unos y a otros los meses que faltan para hacer efectiva la renovación del PSOE.
