Secretario general de Podemos Asturies y diputado autonómico

Emigración juvenil

La búsqueda de empleo de calidad frente a las excusas de los gobiernos

Más de 30.000 asturianos y asturianas han marchado al extranjero desde el comienzo de la crisis, y 60.000 a otras comunidades. Pero los colectivos de emigrantes señalan que estos datos oficiales maquillan la realidad: el gobierno sólo reconoce a 3.000 asturianos en el Reino Unido, mientras que la Marea Granate, analizando inscripciones a la Seguridad Social, apunta al menos a 15.000. Las condiciones de precariedad de esta emigración, sea en Madrid, Londres o Berlín, también es peor que lo reconocido. Somos el territorio europeo con menos jóvenes entre 15 y 29 años, lo que está provocando la mayor crisis demográfica de Europa. De hecho, sólo nacen menos niños en Singapur, Madeira y Macao. En Asturies, en fin, como ya sucede en Japón, se venden más pañales para adultos que para bebés, recuerda el sociólogo Jacobo Blanco.

Con este panorama, parece lógico que el parlamento asturiano discuta sobre la emigración juvenil y la crisis demográfica y que el debate sobre la Ley de Asturianía, que regula el apoyo a la emigración o al retorno, sea una prioridad.

Fue, por tanto, una sorpresa que los expresidentes socialistas Vicente Álvarez Areces, expresidente entre 1999 y 2011 y portavoz en el Senado, y Antonio Trevín, congresista, rechazaran acudir a su comparecencia, alegando "problemas de agenda". ¿Se lo impedía un partido de pádel? ¿Una comida? Durante años, nuestros políticos negaron la emigración juvenil. Areces llegó a decir que eran leyendas urbanas, rumores inventados, mientras los Alsa marchaban llenos cada domingo por la tarde a Madrid. Ahora, la paradoja es que Areces es un emigrante VIP en el Senado, donde cobra 7.000 euros al mes y viaja en coche oficial.

Cuando hablamos de emigración, no nos referimos a esta emigración dorada sino a personas que llevan por el mundo a Asturies en el corazón o a jóvenes formados en la Universidad y la Formación Profesional, hijos e hijas de la reconversión industrial y del cierre de las cuencas mineras (comarcas con una media de paro diez puntos superior), que han tenido que buscar trabajo fuera de nuestra tierra. Lo triste es que lo invertido en su formación debía sentar las bases de la reactivación de nuestra economía. Según un informe de 2015 del Consejo de la Juventud, Asturies ha perdido al menos 2.200 millones de euros tras la crisis por este exilio por motivos económicos. Mientras, los dirigentes asturianos se refieren a ella como si nada tuviera que ver con sus políticas de los últimos 35 años. ¿Que los gobiernos no vieran la emigración a tiempo tuvo algún impacto? ¿Lo tuvo una reconversión industrial fracasada en chanchullos, chiringuitos y corrupción?

Lo decía el historiador Diego Díaz en prensa: "El autismo o la ligereza de la casta regional con respecto a este feo asunto es alarmante. En lugar de plantearse medidas urgentes para consolidar población joven, facilitar el retorno de quienes quieren regresar o incluso atraer a otras personas que quieran instalarse por estos lares, parece como si lo "moderno" fuese seguir alentando que nos marchemos". Negar la problemática demográfica y de la emigración es una irresponsabilidad. Nos jugamos nuestro futuro.

"No sé por qué me han convocado", dijo el expresidente Juan Luis Rodríguez-Vigil. "Está en el informe", ya se había excusado en marzo el presidente del Consejo Económico y Social (CES) Nicolás Álvarez, negándose a aclarar las causas de la emigración juvenil. Ambos cobran más de 60.000 euros anuales en el Consejo Consultivo o el CES, órganos cuya utilidad está cuestionada. El presidente de la gestora, Javier Fernández, ha señalado que la pregunta realizada a tres expresidentes, miembros del Consejo de Comunidades Asturianas (órgano que colabora en la Ley de Asturianía) era "una encerrona". "¿Qué hicieron mal los gobiernos para que lideremos las estadísticas de emigración? ¿Qué políticas se tenían que haber realizado y cómo intervenir en el futuro para frenarla?", se les cuestionó. Juzguen ustedes.

El expresidente Rodríguez-Vigil señaló que "no tiene sentido que Asturies tenga una población superior a la de Navarra [636.000 habitantes]" y que no había que "malignizar la emigración" porque la gente se iba contenta ya que los jóvenes eran "cosmopolitas". Vigil presidió Asturies entre 1991 y 1993, pero dimitió tras el timo del "Petromocho". Unos falsos inversores le engañaron tras afirmar haber encontrado petróleo en el mar Cantábrico. Su despido fue en diferido y, a pesar de que niega ningún privilegio como expresidente, desde 2005 es vocal del Consejo Consultivo a propuesta del PSOE.

Es suicida que los gobernantes animen a la juventud a emigrar. Marcharse a la fuerza y no poder volver no es cosmopolita. La emigración ha de ser un derecho, una oportunidad de crecimiento personal y profesional, pero nunca una imposición por decreto de aquellos cuyo modelo laboral se basa en acumular becarios en pisos patera y contratos precarios.

"Mejores que Asturias hay muchos sitios en el mundo", culminó Vigil su intervención. Cuando los dirigentes ya no pueden garantizar un futuro para Asturies, sólo les queda infravalorar su potencial y decir que no es buen lugar para vivir. ¿Qué proyecto tiene gente como el Sr. Vigil para esta tierra? "Lo peor es no poder emigrar, y si no que se lo pregunten a los cubanos o a los venezolanos", fue la excusa del expresidente en prensa, añadiendo que no puede ser tan mala la emigración cuando "los subsaharianos luchan, a veces hasta la muerte, para poder emigrar". Sin palabras.

Tenemos que tomarnos la emigración juvenil y la crisis demográfica en serio. Es nuestro principal problema. No podemos resignarnos a ser una tierra de emigrantes. El futuro de Asturies pasa por recuperar a nuestra juventud y construir un territorio rico en empleo de calidad, que siembre proyectos de vida.

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