Mariví Monteserín decidió en verano posponer las negociaciones presupuestarias a las elecciones del domingo porque sabía que un apretón de manos es lo contrario a una campaña. Pero las urnas sólo han servido para complicar más aún el acuerdo. Por un lado, el segundo puesto de Podemos en la ciudad, por delante del PSOE, ha reforzado el nulo interés de los concejales de su marca blanca en hacerse fotos sonrientes junto a la Alcaldesa. Y, por otro, el "no" rotundo que acaba de dar Pedro Sánchez a facilitar la continuidad de Mariano Rajoy en La Moncloa ha sentado como una patada a los ediles del PP, hasta ahora algo dados a dejarse querer. A derecha e izquierda, el parto de las cuentas se pone cuesta arriba, camino de la prórroga. Que la oposición bloqueara ayer en el Pleno una partida para pagar deudas municipales es el aperitivo a unos contactos navideños que se presentan indigestos para el gobierno local.
