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Abogado

Violencia de género y el nombre de calles

Las decisiones políticas para el cumplimiento de dos leyes

Un tal Rousseau tuvo la ocurrencia de escribir un libro, "Emilio". En su texto, cuenta este señor que el hombre es bueno por naturaleza. La lió. Hoy día las mujeres en guerra, feministas y otras de montar escándalo no siguen tal filosofía; dicen que el hombre es sumamente malo y que dedica sus haceres en someterlas, a ellas. Olvidan las señoras, en particular las de la grey socialista y comunista, que tal individuo fue el autor, cómplice y encubridor de la afamada obra el contrato social, aquello que poco a poco nos va llevando a Marx, Stalin, Fidel y el gorila rojo, hasta llegar a don Pablo Iglesias junior. En fin.

Cuentan los psicólogos, ya saben esa gente que te dice lo que te pasa y cómo debes afrontarlo, pero que nunca te dicen cómo hacerlo. Dicen, que la mayor parte de las causas en los episodios de la llamada violencia de género se encuentra en el consumo del alcohol, las drogas y la impotencia que se genera en tantas facetas de la vida, particularmente en el trabajo, y que luego algunos se las cobran. Vamos, que ellas las paga.

Lo cierto es que una de las glorias que se cantan del gobierno del señor Zapatero fuera la ley que regula tales conductas, la llamada Ley de Violencia de Género. Al parecer, no saben el error que cometen, resultará copiada por otros estados.

Siendo cierto que hay que incidir en tal situación, como hay que hacerlo en otros ámbitos, la realidad nos dice más que la ley y todas las modificaciones habidas, que además afectan a todo nuestro sistema jurídico. Repito. La realidad es que la norma de nada ha servido, salvo para regocijo de las mujeriles homófonas, aquellas encantadas en ver al hombre tras un barrote y rebuznando en su desesperación. La realidad es que cada día hay más casos y, en lenguaje periodístico, más sucesos. Más portadas con los dignatarios municipales o autonómicos a espaldas de sus templos minutando silenciosamente, además de otros actos. ¿Es que no hay nadie que se dé cuenta de que éste no es el método? ¿De qué así no se avanza? A mí no me pregunten, bastante tengo con significarme con este comentario.

Bueno lo de quitar el nombre a un par de calles a dos sujetos fallecidos que en su día fueron alcaldes de la villa es otra bufonada, no de izquierdas, que eso es una cosa algo más seria, tampoco mucho, no se crean. Lo de los proponentes es otra cosa, una caricatura del hacer político. En Madrid, dirían una "carmenada". Aquí no podemos decirlo, nuestra señora Alcaldesa es algo más prudente, no mucho, lo justo. Los "promoventes" de la idea son gente a las que se les hace la boca agua cada vez que barruntan aquello que puede molestar a los que, por edad, se encuentran en los cementerios y fueran del ancien regime, "usease", gentes franquistas, pues de la otra no había, en su caso estaban más que escondidas. Pero les aseguro que ninguno de los proponentes es de esos.

A mí me trae sin cuidado que cambien el nombre de la calles. En "yanquilandia", tienen la costumbre de evitar problemas con chorradas y acostumbran a numerar las calles. Aquí no. Aquí hacemos causa del nombre de la calle y cerramos filas. Santiago y cierra España.

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