Sabíamos que no sería sencillo. Después de casi cuatro décadas de avances en material social, laboral, económica y política en la igualdad entre mujeres y hombres, aún queda mucho por conquistar. Sabíamos que era muy largo el camino y que sufriríamos las consecuencias de un modelo social enraizado en lo más profundo de nuestra sociedad que no sería fácil de transformar.

En estas cuatro décadas, hemos aprobado leyes fundamentales. Hemos puesto el acento en las desigualdades que siguen existiendo entre mujeres y hombres, convirtiendo su lucha en un objetivo básico dentro de la agenda de nuestro país. Y hemos despertado una gran conciencia social sobre la urgencia de transformar definitivamente la sociedad para alcanzar la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.

Sin embargo, hoy surgen nuevas amenazas que, en un día de concienciación como el Día Internacional de la Mujer, debemos recalcar para que no se olvide. La crisis económica está relegando a un segundo plano la lucha por la igualdad entre géneros. Es necesario el impulso y compromiso de todas las administraciones, especialmente del Gobierno de España. La sociedad debe ser consciente de que la violencia de género es sólo la última consecuencia de una situación que pervive en nuestra sociedad y que incide día a día sobre todas las mujeres.

La lucha por la igualdad debe ser prioridad en nuestra agenda política. Así sucede en Avilés. En primer lugar convirtiendo los centros educativos en ámbitos de concienciación de los más jóvenes sobre la importancia de la igualdad con nuevas campañas.

Debemos entender que la igualdad es la base de la libertad de las personas. Cada persona ha de tener la capacidad de desarrollar su propio proyecto de vida, y elegir desde esa libertad con quien quiere compartirlo. La integración y el acceso de la mujer al mercado laboral resulta esencial en la lucha por la igualdad. La dependencia económica limita la capacidad de decisión de las mujeres. Por eso, es tan importante facilitar el acceso al empleo y la conciliación de la vida familiar y laboral. Igualmente debemos luchar contra la brecha salarial y apoyar la capacidad emprendedora de las mujeres como hacemos en Avilés en colaboración con la Escuela de Empresarias y Emprendedoras de Asturias.

La lucha contra la violencia de género es la evidencia extrema del desequilibrio entre géneros que persiste en nuestra sociedad. Debemos reforzar el apoyo a las víctimas a través de los centros asesores de la mujer, impulsar nuevos dispositivos que permitan atajar y actuar ante cualquier evidencia de violencia de género, y reforzar la colaboración con las fuerzas de seguridad.

La lucha por la igualdad es una tarea de todos. Los hombres deben tener la valentía y el compromiso de liderar junto a nosotras este reto social y generacional que hemos iniciado y que está en el corazón de nuestra democracia. Sin los hombres, ni podemos, ni queremos.