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Ventanal

Retórica de combate

Sobre la actitud de los diputados de Unidos Podemos en el Congreso

Están siendo cada vez más frecuentes los episodios de asalto a las instituciones por parte de Unidos Podemos. En el Congreso se pierde el mínimo decoro parlamentario con desplantes al reglamento, a la presidencia de la Cámara y a los comportamientos debidos a la representación de la soberanía nacional.

Como una muestra de las frecuentes burlas, la ultraizquierda acaba de proponer elevar a 400 el número de diputados para de esta forma, dicen, diluir a la "casta" retrógrada. Podemos está renegando de los principios democráticos, utilizando una retórica de combate para ganar en la calle lo que no alcanza en las urnas y repitiendo soflamas revolucionarias ya ensayadas en la Puerta del Sol el 15M.

Todavía no ha llegado la investidura y ya se está predicando la huelga general. También reproducir el cerco multitudinario al Congreso al grito de: "Fuera el Gobierno ilegítimo". Podemos es maestro en la perversión de la realidad, despreciando los hechos y arremetiendo contra los que cuantitativamente le superan en la expresión de la voluntad ciudadana.

Pablo Iglesias con tal de devorar al PSOE no tiene empacho en herir símbolos y personas, pero sus desmesuras ya le están correspondiendo con rigor. Así Javier Fernández se ha referido a su "hipocresía" y "fariseísmo" por mentir y lanzar basura con el único fin de dañar al PSOE, para de esta forma alcanzar el ansiado "sorpasso" y sustituirlo al frente de la oposición.

Podemos está sobrepasando todos los principios que configuran un partido democrático. Cada vez más hay que identificarlo como un movimiento populista de extrema izquierda, que busca demoler las bases del sistema democrático y constitucional, para establecer una heterogénea fórmula de leninismo, chavismo y aventurerismo bolivariano. Todo ello adobado con rancias arengas revolucionarias .

Es lamentable que en el intento cuente con la extraña colaboración de medios, principalmente televisivos y de capital de derechas, que parecen estar cavando trincheras para la revuelta continua en las calles.

A una semana para conocer el color de la fumata del hemiciclo, ya está en marcha la operación de acoso y derribo, incluso marcando fechas para una nueva confrontación. En este marco desestructurado por la crisis política, el cainismo, el desprecio a la unidad y a la Constitución, hasta la sentencia del TC sobre los toros en Cataluña, sirve de arma arrojadiza contra el proyecto nacional aprovechando sus horas bajas. Contribuyen a esta situación tanto la demagogia populista como la deslealtad de los secesionistas, y también la incuria acomplejada del Estado. Quizás la marginalidad virulenta de la ultraizquierda, representada por Unidos Podemos, acabe actuando como un revulsivo para depurar vicios y levantar la cabeza.

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