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Catedrático de Lengua y Literatura

El Papa Francisco y el comunismo

Las acusaciones contra el Pontífice y el verdadero mensaje que lanza el sucesor de San Pedro

En un alarde de demagogia, populismo, mentira y cinismo calculados, un diario digital del que es responsable un señor que se cree el más listo de todos y que durante tiempo trabajó en la cadena de radio de los obispos (de donde tuvieron que rescindirle un contrato suculento por insultar a las personas y manipular las noticias de forma torticera y falsaria) ha insultado gravemente al Papa Francisco tildándole de loco y comunista. El Papa Francisco sigue siendo lo que fue desde su elección para ser sucesor de San Pedro: signo de contradicción atacado por el progresismo y por la ideología de género que quiere imponer cierto pensamiento masónico, que lo considera poco avanzado y, por lo tanto, muy conservador. Por otra parte, el pontífice es considerado como peligroso comunista por todos aquellos que piensan que está en contra de sus antecesores, el papa emérito Benedicto XVI y también el mismo San Juan Pablo II.

Las dudas sobre su tendencia comunista son falsas por sectarias y han sido respondidas de forma contundente en las homilías que ha dedicado en los dos últimos domingos, tanto para los presos como para los sintecho. El Papa Francisco lo ha dejado bien claro cuando afirma: "Yo digo solo que los comunistas nos han robado la bandera de los pobres, que es cristiana desde el mismo nacimiento de la Iglesia como consta en los Evangelios, en los Hechos de los Apóstoles y en las Cartas de San Pablo. Durante siglos, la Iglesia ha levantado casas de acogida y hospitales para pobres y peregrinos".

Afirma el Papa Francisco que los pobres están en el centro del Evangelio. Así, en el de San Mateo Jesucristo, sentencia que seremos juzgados según hayamos cumplido: "Tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estuve enfermo y desnudo". Lo mismo pasa con la bandera de las Bienaventuranzas, esencia de la teoría y praxis evangélicas. Y, con ironía, responde a los comunistas que afirman que la lucha por los pobres es propia de ellos. A lo que el Papa les responde: "Sí, como no, veinte siglos después". Cuando hablamos, podríamos decirles: entonces ustedes son cristianos.

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