La famosa revista del espectáculo "Rolling Stone" dedica su portada, emulando a otras más serias en apariencia como "Time" -que dedicó su portada como hombre más controvertido del año Donald Trump-, al papa Francisco. Las diferencias entre ambos personajes son por ahora muy notables, tanto por su procedencia como por su función en sus ámbitos respectivos.
Las razones por la que la revista "Rolling Stone" ha elegido al papa Francisco como personaje digno de figurar en su primera página no son la música, ni el cine, ni otras artes, aunque la revista le da el curioso título de "Papa Pop", porque ha conquistado a muchos jóvenes, a los que va a consagrar un año. Pero hay otras razones por las que se ha elegido al Papa junto con otras grandes artistas como el recientemente fallecido y premio Princesa de Asturias, Leonard Cohen. Él ha sido elegido porque dice las cosas más serias con mucho sentido común, y la prueba evidente son su grandes mensajes sobre el amor, la familia y el matrimonio -cuestionados por la ideología de género que califica de perversa y antinatural-; o la defensa de la casa común de la Tierra, sujeta al pillaje y la destrucción masiva de lo que es más necesario para vivir: el agua, el aire...
La imagen con la que la revista presenta al Papa es muy sugestiva: un gran plano medio con Francisco sonriente, con la mirada acogedora de padre comprensivo, con el dedo pulgar levantado en señal de esperanza, con un texto, casi eslogan, "Francesco Papa Pop", todo ello orlado por los colores blanco y amarillo, los de la bandera vaticana. La revista se suma así a dos acontecimientos importantes para el papa Francisco: el cuarto aniversario de su pontificado y su visita pastoral a la archidiócesis de Milán, la mayor del mundo. Para "Rolling Stone" (la edición italiana) el Papa venido del fin del mundo, como se calificó a si mismo cuando fue elegido como sucesor del papa emérito Benedicto XVI, ha conquistado a los jóvenes con sus palabras, sus viajes y su apuesta decidida por los más pobres, víctimas de la economía del descarte, del usar y tirar. Es Papa Pop no por la música, sino por sus actitudes cercanas a todos; es decir, por su carácter popular. Alguien ha descrito al Papa con un acertado símil: "Es como el pan casero".
