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Licenciado en Ciencias del Trabajo y graduado social

La solución al bullying: el método kiva

El modelo de Finlandia contra el acoso escolar

Las consecuencias del acoso escolar o bullyng son devastadoras. Al igual que otras formas de maltrato psicológico, produce secuelas biológicas y mentales y las víctimas son más vulnerables a padecer problemas como trastorno por estrés, depresión y trastornos del ánimo a medida que envejecen. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin límite de edad; marca el futuro de una persona y perjudica también a la sociedad pues esa persona puede convertirse en un problema para el resto.

En España, el 70% de los estudiantes de 15 años ha sido víctima o verdugo, en múltiples ocasiones, de bullying, tanto de forma presencial como mediante nuevas tecnologías.

Esta epidemia existe en todas las sociedades humanas. Los centros educativos han de aceptar el problema para poder estudiar e implementar medidas dirigidas a la prevención así como la erradicación donde ya exista.

El método kiva es la propuesta actual más satisfactoria experimentada que existe.

Finlandia es un país que destina grandes recursos a la educación, al ser considerada un asunto de Estado de primer orden. España debería seguir los pasos del país nórdico, que se ha propuesto acabar con el acoso escolar y mejorar el sistema educativo en sus distintas vertientes. Así, Finlandia ha conseguido en los últimos años el meritorio primer puesto en educación superior, educación primaria y formación en el Índice de Competitividad Global, los primeros puestos en el Informe Pisa y en creatividad e innovación. Como consecuencia ha creado una potente fuerza laboral con las competencias adecuadas para adaptarse a un contexto socioeconómico en constante cambio y que ha causado elevados niveles de desarrollo tecnológico.

El término kiva surge de la unión de las palabras "Kiusaamista Vastaan" (en finés, contra el acoso escolar) y es la herramienta con la que Finlandia está luchando con éxito contra el acoso escolar, aplicándolo en el 90% de las escuelas de educación básica logrando erradicarlo en el 80%. El primer año de su implementación el número de niños y adolescentes que padecían acoso escolar habían disminuido un 41%. Pero el método no sólo resolvió el problema sino que el programa también potenció el confort de los alumnos y la motivación de estos a la hora de estudiar, incrementándose a través de este modo las buenas calificaciones. Por ello, ha recibido el Premio Europeo de Prevención del Crimen en 2009, entre otros.

El método consiste en centrarse en la actuación sobre los alumnos testigos que se ríen de la situación de violencia. En muchos casos, estos espectadores interiorizan que lo que pasa es normal, incluso divertido, aunque tengan una opinión subyacente diferente. Lo que se pretende hacer a través del método es influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente en el acoso. Si esto se consigue, el acosador, que necesita de reconocimiento para proseguir con el bullying, deja de acosar a causa de que no le aporta ningún beneficio.

Los estudiantes son instruidos en unas 20 clases a los 7, 10 y 13 años -edades clave en el desarrollo del menor- para que reconozcan las diferentes formas de acoso sensibilizándolos desde pequeños.

Hay diez temarios y trabajos que se realizan a lo largo del curso y en donde se enseñan valores éticos y morales como la empatía y el respeto por los demás. Se utilizan gran cantidad de recursos: conferencias, videojuegos, manuales para el profesorado, vigilancia en el recreo, películas, un buzón virtual para denunciar si son testigos o víctimas de acoso escolar, etcétera.

En cada centro el director elige un equipo integrado por tres adultos que detectan y investigan los casos de acoso escolar. Primero, determinan si el acoso es puntual o prolongado. Después, hablan con la víctima para calmarla. Posteriormente, hablan con los acosadores, para que tomen conciencia, y con los testigos, que son los actores principales del programa, así se logra reducir el acoso.

Este programa podría conseguir, a buen seguro, resultados potenciales cualitativos a nivel social y en los diferentes estratos culturales también de personas adultas educadas mediante estos métodos al ser instruidos desde pequeños para no apoyar pasivamente actos de violencia de este tipo: sería razonable que la mentalidad de éstas también evolucione positivamente en otros aspectos del comportamiento y contribuya a erradicar otros negativos y/o violentos.

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