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Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

Casi rebeldes

La Joven Compañía Nacional recibe una cerrada ovación de los espectadores que se dieron cita en el auditorio del Centro Niemeyer

En el escenario hay un coso que circunnavegan los Reyes Católicos, jueces de línea de un partido de fútbol o buitres sobre carnaza. Hay también un encierro y una turba que acaba con el toro: todos a una. Es la metáfora de la casi revuelta que se avecina en "Fuente Ovejuna", una de las tragedias más aplaudidas de Lope de Vega, el de "las mil e quinientas" obras de teatro. La Compañía Nacional de Teatro Clásico produjo una nueva versión que se presentó antes de anoche ante el auditorio del Centro Niemeyer. Las ochocientas y pico personas que se dieron cita en el teatro del complejo cultural ovacionaron el trabajo de la Joven Compañía: 23 actores entregados a un espectáculo que estremece. El 15-M ya no es lo que era. Todo vuelve a su seno. Descorazonense.

Alberto Conejero - el de "La piedra oscura"- y el director de la función se acercan en su versión a la explicación preclara de Menéndez y Pelayo (el honor del campesino frente a la opresión). José Antonio Maravall, en los setenta, explicó que "Fuente Ovejuna" era una obra conservadora, nada rebelde. La tercera apuesta procedió del de la crítica marxista: el pueblo se rebela contra la bota opresora y vence. Las diferencias entre una y otras está sobre la escena (los Reyes Católicos suelen faltar).

Conejero y el director han apostado por una crítica social clara: no existe la unidad contra la opresión, si eres pobre, te las apañas. Lo de María Antonieta: "Si no tienen pan, que coman bollos". Todos a una, algunas veces.

Lo mejor de la función es Jacobo Dicenta, que compone al comendador como un hombre al que se le han ido las cosas de las manos y no como un psicópata. El pueblo se sale de la bondad premonitoria. Los monólogos del Comendador en la voz de Dicenta descomponen el alma. Los malos, a veces, no son tan malos. Y lo siguiente mejor es que hay barendillas que hacen daño en según que lomos. Las buenas no siempre son las mejores. Lo tercero es que en Avilés nos podemos acostumbrar a que la CNTC venga más. Estaría bien.

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