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Abogado

Los espías

La evolución de una práctica extendida a lo largo de la Historia

Podría decirse que con la I Guerra Mundial comenzó el espionaje moderno. Pero aquellos eran aún tiempos algo románticos y, por ello, propicios para que el máximo personaje de ese oscuro oficio fuera la famosa bailarina Mata Hari, que utilizaba sus extraordinarios encantos para encandilar a los altos oficiales aliados y sonsacarles información que pasaba a los alemanes. Las hazañas de aquella mujer fueron pronto llevadas al cine con un auténtico recital interpretativo de la gran Greta Garbo, que seguramente mejoró al que desarrolló la de carne y hueso.

Las grandes guerras son momentos propicios para el espionaje, porque es lógico que los contendientes quieran saber por adelantado lo que el enemigo trama para estar preparados y frustrar sus intenciones. De esta forma es más fácil y seguro ganar la contienda. La información es poder.

Durante la larga Guerra Fría los dos grandes bloques no se enfrentaron directamente con las armas. Cada uno de ellos se mantuvo en su propia parcela de influencia, separados por aquel imaginario Telón de Acero, que parcialmente era real aunque de cemento y alambradas, como el famoso Muro de Berlín. Eran ambos demasiado poderosos y emprenderla a tiros podría haber supuesto la destrucción de los dos, que las bombas atómicas que se derramaron sobre Japón al final de la II Guerra Mundial habrían de considerarse como una "mascletá" valenciana al lado de los miles de artefactos nucleares que tenían los americanos y los soviéticos. Por entonces la OTAN y el Pacto de Varsovia se hacían la guerra caliente por sus arrabales mediante propios, como en Corea, Vietnam, Angola, Mozambique o Afganistán. Fue en esta última donde surgió el monstruo del yihadismo, que utilizaron los yanquis para derrotar a los soviéticos y que luego se volvió en contra.

La Guerra Fría fue probablemente la época dorada de los espías. Parece ser que "Desde Rusia con amor" era una de las novelas favoritas del presidente Kennedy, que luego se llevó al cine y que describía perfectamente las relaciones entre el bloque soviético y el occidental, aunque en la película los soviéticos fueron sustituidos por los villanos de una ficticia agencia internacional llamada Spectre. Muchas otras películas se grabaron con espías y una miaja de sexo de por medio por aquellos tiempos bipolares, como "El espía que surgió del frío", "Funeral en Berlín" o "Topaz", en las que osados agentes occidentales se jugaban la vida por las destartaladas y tenebrosas calles del Berlín oriental, perseguidos por avisados militares rusos sin escrúpulos, con estrellas rojas en las hombreras y coches negros enormes de diseño trasnochado.

Hace ya tiempo que el Telón de Acero se alzó y el Muro de Berlín se derribó, aunque todavía sigan vendiendo supuestos pedacitos del mismo en las tiendas berlinesas de recuerdos para turistas crédulos. Terminó la Guerra Fría con el calentamiento general en los altos hornos del capitalismo, que los más salvajemente ricos están ahora en lo que fuera el otro lado, con sus mafias incluidas. Los espías heroicos han sido jubilados porque ya no son necesarios. Menos desde que todo el mundo tiene su ordenador, su tableta y su celular, desde los que anuncian al mundo hasta cuándo cagan. Ahora se sabe todo de todo el mundo al instante; no hay más que ir a la nube.

A estas alturas, el espionaje ha quedado reducido a una escueta nota sobre la posibilidad de un atentado en la Rambla, que envió la CIA hace unos meses a los Mossos d'Esquadra, curiosamente fundados por Felipe V tras derrotar a los catalanes partidarios del Archiduque Carlos el 11 de septiembre de 1714. A pesar del revuelo que se ha armado con ello, los espías de ahora no dan ni para un guión de un corto aburrido.

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