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Illán García

Crítica / Música

Illán García

Más hammond, por favor

Suena el hammond y su sonido transporta a los años 60 y 70, las décadas de consagración del rock. Pero "Sven Hammond" es algo más. Vibra con el funk y siente como el soul y el blues; eso sí, también con el rock que le imprime el guitarrista Tim Ejjmaal con su Gibson. Ese añejo teclado permite generar universos sonoros paralelos condimentados con los locos giros de su pedal de expresión. Un sonido que tontea con el ska, acaricia el jazz de la improvisación y define un entorno en el que es imposible quedarse quieto. La voz de Ivan Peroti elevó el nivel de la noche del sábado en la Factoría Cultural. Su alma de soul y los desgarrados juegos de su voz animan la sala. El público está entregado y se mueve. Ese rock de cadencia apátrida nacido en Holanda hace más de una década apela directamente a los pies, que se mueven solos. Brazos en alto y más intensidad.

La base rítmica del bajo (Glen Gaddum) y la batería (Joost Kroon) no dan tregua mientras los dedos de Eijmall se deslizan sobre las seis cuerdas. Y llega la balada, todo se relaja. Los sonidos sincopados del hammond y la guitarra vuelven a poner todo patas arriba. Peroti hace guiños al soul más puro al tiempo que el funk regresa a la escena y el blues más rockero pide paso. Todo es por culpa del hammond que toca Sven Figee, un virtuoso de los teclados, capaz de matizar un groove que no merecía tener fin.

Más hammond, por favor.

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