El Baloncesto Villa de Mieres cuenta desde la temporada pasada con un equipo especial. Las madres de los distintos jugadores de la cantera del club también entrenan y han formado una escuela.
La idea surgió en noviembre de la pasada temporada, por insistencia del entonces entrenador del club Nacho Heredia. Al verlas presenciar los entrenamientos y los partidos de los niños. "De tanto decirnos que por qué no entrenábamos, acabamos accediendo", explica Rebeca Freire, una de las integrantes de la escuela de madres.
En esta temporada, el equipo es entrenado por Pablo Aldecoa "es un lujo tenerlo con nosotras, es preparador físico y sabe cómo llevar el trabajo", recalca Rebeca Freire.
"A todas las madres nos hace ilusión formar parte del equipo, estamos 'hartas' de ver tantos entrenamientos y partidos; nos entró el gusanillo", comenta la jugadora. Actualmente, la escuela de madres cuenta con unas 20 integrantes, aunque no todas suelen acudir a los entrenamientos. "Normalmente seremos en torno a quince en cada sesión, siempre surgen inconvenientes", afirma Freire.
La escuela de madres entrena dos días por semana en la pista que el club mierense habilitó en el Centro Comercial Caudalia. "Vamos los lunes y los jueves, en sesiones de una hora y cuarto o una hora y media", apunta la jugadora del Villa de Mieres.
El objetivo es abstraerse y practicar deporte. "Muchos de los niños pensaban que íbamos de cachondeo, pero trabajamos duro", esgrime Rebeca Freire. Además, también realizan cenas de confraternización cada cierto tiempo. Como un equipo más.
Las madres de jugadores de todos los equipos están representadas en este proyecto. Desde la categoría baby hacia arriba. Sin embargo, no se cierran las puertas a participaciones de mujeres que no tengan hijos en el club. "Al contrario, cuanta más gente practique deporte, mejor", expone la jugadora de la escuela de madres.
Las madres del Villa de Mieres se juntan con la meta de hacer ejercicio. También han adquirido una base de conceptos baloncestísticos que antes no tenían. "Ahora cuando vemos los partidos de los chavales, nos damos cuenta de que hay jugadas que practicamos en los entrenamientos y vemos cómo se organizan en los contraataques", apunta Rebeca Freire.
La escuela de madres es un equipo más dentro del Villa de Mieres. "Dentro del club, a las madres nos tienen por las nubes, somos pioneras en un proyecto de estas características", añade la jugadora. Rebeca Freire, con 39 años, es la segunda jugadora más joven del equipo. "La edad no importa, estamos todas en plena forma", añade.
Uno de los aspectos que más ilusión hace a las más veteranas del equipo es la posibilidad de rememorar su pasado como jugadoras.
La escuela de madres ya ha disputado algún encuentro amistoso ante el equipo alevín del club. Con el benjamín descartado por su corta edad y con el infantil tenido en cuenta por imposible por su altura, el alevín era el equipo señalado. "Los pequeños se sorprendían al vernos jugar, nos ganaron solamente por una canasta", expone Rebeca Freire.
Y es que el progreso de las madres se observa con el paso del tiempo. "Mira las 'mamis' como juegan" es una de las frases más escuchadas.
Rebeca Freire, que además compagina su presencia en la escuela de madres con su presencia en la directiva del equipo, cree que sería una buena iniciativa crear una liga de madres dentro de Asturias. De momento, la Federación ha puesto en marcha un campeonato de 3x3 en la que el Villa de Mieres seguro que estará representado.
El primer paso será el partido que las mierenses disputarán mañana en Ribadeo, ante la escuela de madres de la localidad gallega. El encuentro empezará sobre las 12 de la mañana y lo importante será pasar un buen rato y disfrutar de la posterior comida de confraternización. Aunque las madres del club no puedan acudir esta vez al encuentro del senior masculino de Liga EBA, la ausencia estará disculpada. También se prepara un encuentro de vuelta. "Ahí conocerán a nuestra afición", relata Freire.
