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El baloncesto visto desde la barrera

Mayte Riera dejó las canchas el pasado verano, tras 31 temporadas jugando

Mayte Riera saluda a sus compañeras en el partido de homenaje que realizó el Innobasket. IRMA COLLÍN

"sorprendentemente creo que llevo la retirada del baloncesto bien, pero porque no tengo tiempo para nada, entre el trabajo y las clases -estudia para conseguir el título de monitora de ocio y tiempo libre-, no tengo tiempo. No tuve tiempo para asimilarlo", afirma Mayte Riera mientras ve por la televisión el Galatasaray-Hapoel de la Eurocup de baloncesto: "Si yo no puedo jugarlo, por lo menos intento verlo", bromea.

Atrás deja 31 temporadas jugando al baloncesto, de las cuales, las últimas quince jugó en equipos avilesinos, pese a que es gijonesa. Al final de la temporada pasada dejó las canchas y hace apenas un mes "echó" sus últimas canastas con sus compañeras en un partido homenaje que le hizo el último club en el que militó el Innobasket, un día que se le quedará siempre clavado en la memoria.

"Les prometí a mis compañeras en La Biblioteca Innobasket -en Primera Nacional- que iba a ir a verlas y todavía no he podido. Me duele errores, la verdad", explica. Y es que, además, de trabajar y hacer el curso, Mayte Riera está colaborando con los "scouts" en Gijón. "Eso me ocupa el fin de semana, pero n cuanto pueda iré", sentencia.

De momento no para, por eso le preocupa algo la llegada del nuevo año. "En enero terminaré el curso. Me da un poco de miedo, creo que ahí echaré mucho de menos la cancha, pero en cuando me pase iré a entrenar. Sin competir, pero para estar con las compañeras y jugar", afirma.

Un total de 31 años de baloncesto dan para mucho. Sin embargo, el año más bonito lo vivió con 14 o 15 años: "La temporada más especial fue la de cadete de segundo año. Con el colegio quedamos campeonas de Asturias y fuimos al sector. Lo ganamos y acabamos jugando el Campeonato de España. Luego con la selección asturiana tuvimos la suerte de que se hicieron Olimpiadas de la juventud y representando a España fue la selección asturiana", recuerda la exjugadora gijonesa. Ese viaje fue de los que se recuerdan toda la vida: "Éramos unas pininas porque era la primera vez que subíamos en un avión, la primera vez que salíamos de España. Fuimos a jugar a Escocia. Nos llevaron en avión a Londres y luego en autobús recorriendo toda la isla", explica Riera.

En la temporada 1999-2000 llegó a Avilés y la ciudad se convirtió en su segunda casa. "El ADBA -el club con el que comenzó a jugar en la ciudad- fue donde jugué en mi máxima categoría -Liga Femenina 2-, pero, sobre todo, tuve la suerte de jugar con jugadoras de fuera de España y, hoy por hoy, sigo siendo amiga de varias jugadoras. Cuando vienen aquí nos vemos. Conocí a jugadoras que son grandes personas", sostiene la exjugadora.

Luego pasó a las filas de La Biblioteca-Innobasket, un equipo en el que aún se siente muy integrada. "En Avilés mi mejor recuerdo fue el año del ascenso del Innobasket de Autonómica a Nacional. Fue un año precioso. Competitivamente hablando fue el mejor de mi carrera, no perdimos ningún partido en todo el año", sentencia la gijonesa.

No salta a la cancha, pero afirma que intenta ver todo el baloncesto que su apretada agenda le deja: "Si tengo tiempo, intento ver algún partido por aquí por Gijón. La verdad es que me gusta mucho ver a los niños pequeños jugar. Mismamente cuando vienen a jugar los equipos de Innobasket aquí a Gijón. Los ves como van mejorando y es muy bonito", señala la exjugadora de baloncesto.

Pese a su pasión por ver jugar a las categorías inferiores, su futuro inmediato no pasa por sentarse en el banquillo. "Nunca saqué el título porque la verdad es que siempre estuve de ayudante de entrenador o de delegada. Llevar un equipo es un compromiso muy grande. Con el que estoy sacando ahora me sirve para hacer actividades extra escolares. De momento, ponerme a entrenar no lo veo", explica Mayte Riera.

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