Es evidente y a nadie se le escapa que la llegada del Grupo Carso al Real Oviedo ha supuesto un cambio en la forma de trabajar, tanto a nivel institucional como deportivo. En este sentido, desde el principio, el máximo accionista del club azul ha querido implantar una metodología común que va desde las categorías inferiores, hasta el primer equipo. Y esa forma de trabajar se resume en una frase: "La apuesta del Grupo Carso con el crecimiento de la cantera va en paralelo con el crecimiento del primer equipo". La reflexión es de Roberto Robles, responsable de Metodología del club. Y es que la intención no es otra que cuidar y mimar la cantera, a la que el Grupo Carso quiso desde su llegada potenciar con un proyecto de fútbol base ambicioso.
Todo comenzó hace dos temporadas, pero para que el trabajo dé sus frutos hace falta más tiempo. Aun así, ya se están viendo resultados. "Nuestra idea siempre fue profesionalizar la cantera, funcionar como un club profesional desde la base", señaló Robles. La metodología del Real Oviedo sigue una línea clara, que pasa por "proporcionar un marco de trabajo común en todas las categorías, que el proceso de aprendizaje sea continuo y donde cobra especial importancia el crecimiento del jugador tanto a nivel individual como colectivo, e incluso a nivel personal".
Por eso, para llevar a cabo esta metodología, una de las ideas que se están poniendo en práctica son realizar sesiones integradas. Es decir, que, por ejemplo, los dos equipos infantiles entrenen juntos, lo que, a juicio de Robles, "mejora la competitividad, la calidad y creemos que es una buena forma de formar al jugador".
Roberto Robles es el primer eslabón de una cadena que tiene principio y fin. Él es el encargado de dar las directrices, que luego recogen los diferentes técnicos, que después trasladan a sus jugadores. "Es un flujo de trabajo circular", indica. En este sentido, cobra especial importancia el trabajo de los entrenadores, que han sabido captar y aceptar el rol. Para que dicha cadena no se rompa, la comunicación entre el departamento de metodología y la cantera es continua. No en vano, Robles mantiene reuniones periódicas con los diferentes técnicos e incluso se suma a sus entrenamientos. Y en ocasiones, es fácil ver a jugadores del primer equipo compartiendo sesiones con los equipos de cantera. "Todo va encaminado al crecimiento del jugador tanto en el plano deportivo como en el personal siguiendo un modelo común desde la base", explica Robles.
En la actualidad, el Real Oviedo mantiene una estructura deportiva de fútbol base que cuenta con doce equipos, que van desde el juvenil A, que milita en División de Honor, hasta el prebenjamín B. Además, hay que sumarle la escuela de iniciación, el primer paso para las futuras promesas. En total, el club cuenta con alrededor de 210 jugadores.
Así, Álex Rodríguez dirige al División de Honor, que está cuajando una gran temporada. No en vano, es líder de su grupo. Al igual que el juvenil B, que milita en Liga Nacional, que también ocupa el primer puesto de la tabla. Al frente del equipo está Oliver García. Ambos juveniles son las perlas de la cantera y es el último paso antes de dar el salto al filial o al primer equipo. Por su parte, el cadete A, que juega en Primera, está entrenado por Gabri Piquero; mientras que el B, que milita en Segunda, lo está por Álex Robles. El primero marcha segundo en la clasificación, mientras que el B ocupa el liderato de su grupo.
En cuanto a los equipos infantiles, el A de Primera está entrenado por Matías Vigil y colidera la clasificación junto al Sporting. Y el B, que milita en Segunda y está comandado desde el banquillo por Javi Cordero, ocupa la tercera plaza de la tabla.
Además, el alevín A de Primera, dirigido por Álex Díaz, también es líder, al igual que el B, que juega en Segunda y está dirigido por Carlos García.
