La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Treinta años después... fútbol

Julio Muñiz, maestro con éxito en artes marciales, disfruta ahora como preparador físico en la Unión Deportiva Llanera

Treinta años después... fútbol

A pesar de haber sido un gran competidor en todo lo que practicó, Julio Muñiz siempre quiere le valoren por el poso que ha dejado su docencia. Y lo sigue consiguiendo. Licenciado en Ciencias de la Educación Física y Magisterio por esta rama, entrenador de judo y lucha, director del Centro de Tecnificación y fundador del Club Lucha Oviedo, director de la Escuela de Entrenadores de la Federación Asturiana de lucha, y entrenador de atletismo, Muñiz ha encontrado de casualidad una segunda juventud en el fútbol.

La casualidad llegó de la llamada del entrenador en su día del cadete 'B' de la Unión Deportiva Llanera, Adrián Peyo, que pretendía completar su equipo de trabajo con un profesional en el aspecto de la formación física, consciente del importante cambio corporal del futbolista de la edad infantil a cadete. El mismo destino quiso que Peyo se tuviera que hacer cargo del juvenil del club que preside Serafín Villanueva, siendo Óscar Estrada el nuevo entrenador. El escenario cambió, pero no el compromiso. Enganchado ya a un grupo humano de calidad, Muñiz siguió con aquella tarea iniciada con ilusión y optimismo.

"Llevo toda la vida trabajando con adolescentes, y sabía cuál era el secreto para sacar el máximo partido. Se trata de desarrollar las virtudes de cada jugador, por encima de las limitaciones, que también son corregibles con trabajo. El refuerzo positivo es la clave, que te vean como un profesional que les exige pero que les hace crecer en todos los sentidos. Es un cambio con respecto al deporte individual, porque aquí se persigue el éxito colectivo. Pero son muchos pequeños logros individuales para el bien común. No deja de ser un trabajo psicológico de refuerzo" afirma Muñiz. Para el preparador físico "el objetivo primordial es evitar lesiones, y lo hemos conseguido al máximo. El cambio del cuerpo en esta edad por el crecimiento es acusado y hay que ajustar todos esos parámetros. Cambia el centro de gravedad, por lo que la técnica de carrera con balón y la coordinación se vuelven básicas. Lo que falta a partir de ahí es activar, motivar al jugador. No buscamos atletas, formamos futbolistas en una idea de calidad por encima de la cantidad y de una repetición que no da resultados. La persona y el entorno, su relación con el equipo, con las ideas del club, la mentalidad de familia, mandan", concluye.

Para Julio Muñiz "esto no está reñido con ser competitivo. Para empezar, en cada entrenamiento, con tu compañero. Nos ponemos retos y luchamos por ser mejores. Pero en estas edades debe de ser un juego. Es importante que se diviertan. El ser el equipo 'B' hace que el trabajo de autoestima sea fundamental. Hay jugadores de edad infantil con nosotros. Trabajamos en la mejora, cada uno en su nivel, y es clave identificar ese nivel para que no llegue la frustración. El primer día quedó claro en el vestuario que no cabían los egos personales. Nada tiene que ver para que les dejes ser lo que son, chavales de 13, 14 y 15 años ".

Aunque el equipo sufre los altibajos de las épocas de temporada alta en los estudios, prioridad de la entidad, el equipo ha ido creciendo para orgullo de sus responsables, que marcan el límite de "el respeto máximo al compañero y al rival. Que vean al equipo que les forma con respeto, y lo entiendan como un aliado. Y en eso somos líderes, porque la relación es genial. Además de como preparador físico, analizo las actitudes desde mi visión como criminólogo. Es de alabar la actitud de este club, y del fútbol modesto en general, como agentes de socialización y prevención de conductas antisociales, aportando valores y normas de respeto y convivencia. La tarea desinteresada de directivos, técnicos y colaboradores, no está valorada en su justa medida". Palabra de un educador que viene del deporte individual, y minoritario. Pero al final, al punto y seguido mejor, treinta años después? fútbol.

Compartir el artículo

stats