Estamos en el tiempo de elegir el formato adecuado para la reactivación del voleibol a nivel nacional.
Parece ser que Rafa Pascual, nuestro referente internacional y olímpico, ha dado un paso al frente para optar a la presidencia de la Real Federación Española.
El actual presidente Agustín Martín, que ha hecho una buena labor al frente de los destinos del voleibol nacional, se presenta a la reelección y es casi seguro que sean estos 2 candidatos los que pugnen por la presidencia.
En el hipotético y remoto caso de realizarse un cambio este no debe ser traumático, si no que por el contrario deberá asumirse como una remodelación y nada más. Yo, ya me decanté en su día por 2 periodos de 4 años y esto debería ser por ley.
Entiendo que no es conveniente un mandato excesivamente largo porque crea irremisiblemente un "natural clientelismo", que muchas veces coarta y maniata la labor directiva y hace presente los contratos innominados del Derecho Romano: "Do ut des", "Do ut facias", "facio ut des", "facio ut facias" (doy para que me des, doy para que me hagas, hago para que me des, hago para que me hagas)
La selección absoluta masculina, ha perdido en los últimos años muchos enteros, pues de un sexto lugar en el ranking internacional, hoy tiene 30 países por delante de ella, y no cabe duda que la selección española es el espejo en el que nos debemos de mirar todos y es también en el que nos miran y valoran desde el exterior.
Es imprescindible que el que venza en estas elecciones a celebrar el próximo mes de Diciembre, tiene que hacer una reactivación en el voleibol base, para que de ahí surjan nuevos valores.
Señores candidatos el lema de sus programas debería estar encabezado por la máxima: "Desempolvar el voleibol".
Y ahora que gane el mejor.
