La Cueva es una aldea perteneciente a la parroquia de Villamayor (Piloña), deshabitada desde hace unos 50 años y llegó a poseer 16 vecinos. Su enclave se localiza en la cota 402 m bajo la ladera meridional del pico Cerro el Tombo (673 m), en pleno valle que riega el río Pequeño. Su entorno constituye un mágico rincón natural y salvaje. Tanto el río como la aldea son los protagonistas de esta ruta senderista, muy demandada en los últimos tiempos que vamos a recorrer desde Villamayor (N-634) hasta la collada Doca.
La llevaremos a cabo desde la estación de Feve caminando por su trama urbana que nos facilita el conocimiento de las notables edificaciones con algunos ejemplos de arquitectura indiana, como también la portada y el ábside de estilo románico del antiguo monasterio de Santa María y la iglesia de San Pedro, entre otros.
Desde aquí cruzamos la carretera general para tomar la ruta del área recreativa de Villamayor. Bien señalizada, desde este crucero hemos de introducirnos en el barrio de Carúa siguiendo a contracorriente el curso del río Pequeño. Avanzamos sin apenas desnivel paralelos a su margen izquierda, en el sentido de la marcha y dejando atrás el asfalto enseguida nos tropezamos con el sendero G. R. 109 procedente de Mones. Soslayando este desvío, avanzamos en medio de una maraña vegetal, auténtico bosque de ribera con un buen catálogo de elementos florísticos.
Más adelante hemos de cruzar sus limpias aguas por dos sucesivos puentes de madera reconstruidos, hasta situarnos en el área recreativa que está provista de sus clásicos enseres. De nuevo en ruta, cruzamos a la vertiente opuesta por un puente de piedra y dejando a nuestra derecha el camino de Torín superamos el siguiente trecho para plantamos en el camino de acceso a la cascada del Chorrón donde las aguas del río se desploman en un circo amurallado con más de 15 m de caída vertical, en medio de un entorno natural que está cubierto de robles, abedules, castaños y otras especies arbóreas. (230 m), 3,3 km en 1 h de marcha.
De nuevo en el camino original y un poco antes de alcanzar la caseta de captación de aguas de Villamayor, marchamos a la derecha por la ruta señalizada franqueando una portilla metálica. Atrás nos queda el bosque y siguiendo la traza del empedrado camino vamos a superar un remonte con tramos escalonados hasta plantarnos en un crucero con un banco incluido. Por la derecha el camino tallado nos conduciría a Torín, destino que ahora eludimos para continuar con el rumbo al mediodía por la traza original que ya nos oferta buenas panorámicas del Sueve y del ampuloso barranco del río Pequeño que queda a nuestros pies. Más adelante volvemos a introducirnos en una zona boscosa por donde el camino supera unos tornos tras los cuales ya asoman las primeras ruinas de la aldea (402 m), 4,5 km en 1 h y 50 min de marcha. La atravesamos a de abajo arriba para tomar el sendero que nos conduce a su renombrada cueva, de ahí el topónimo del pueblo.
Tiene una amplia cavidad con restos de estalactitas y estalagmitas y algún sumidero. Después retornamos al camino principal abordando la ruta en dirección a la collada Doca topándonos más adelante con una casa y cuadra restauradas, donde el camino real está bloqueado por el cierre de la finca. Ante tal acción ilegal, nos vemos obligados a tomar un sendero alternativo que nos lleva la pista de acceso procedente de Valle.
Por ella seguimos progresando de manera sostenida cruzando por fincas con nombres tan comunes como La Mallada y Prau Torre coronando a continuación la collada Doca (555 m) 7 km en 2 h y 50 min de marcha. Este lugar, salpicado de cabañas campesinas, constituye un abierto ventanal sobre los paisajes más recónditos de Piloña, bifurcándose hacia diferentes lugares pistas ganaderas, preferentemente hacia el lejano Trebandi al pico Niañu o al cercano Tombo, ubicado por encima de nuestras cabezas. Desde este lugar retornamos a Villamayor por el camino de ida.
