Cuando hace ahora 12 años conocí a Pedro Omar Rodríguez Pegalafar, nunca pude imaginar lo que aquel chavalín de 14 años, llegaría a significar para mí. Su gran personalidad, sus ganas de aprender y progresar hicieron que me fijara en él y en su evolución, primero como jugador y posteriormente como entrenador.
Durante los 7 años que estuvo a mi lado vi como crecía como jugador y posteriormente como entrenador. Su carácter de trabajador incansable, exigente, ordenado y perfeccionista, fue lo que le impulsó a hacerse un sitio destacado entre los entrenadores asturianos.
Empezó prestando sus servicios en el IES n.º 1, luego en el Inmaculada y más tarde en el Club Voleibol la Calzada, formando con ello el trípode sustentador de su buena y brillante labor como técnico. Hoy, tiene como objetivo nuevas singladuras en el ámbito regional, que sin duda alcanzará pues méritos no le faltan.
Espero que esta nueva meta cubra sus aspiraciones y su trabajo se realice con la calma, serenidad y satisfacción que supone alcanzar la plenitud dentro de sus gustos profesionales.
Que ésta, su nueva andadura, le proporcione también el reconocimiento de sus nuevos jugadores/as, y el agradecimiento por inculcar valores, principios y respeto desde la más tierna infancia voleibolística y que esta nueva etapa sea otro pasito "p'alante" en su brillante carrera como técnico, fruto de la fuerza del esfuerzo.
Mi afecto, él sabe que es sincero, y me sale del corazón y aquí queda patente.
