Todavía oí hace poco protestar a gente por la torre de Siero Este, la que está junto al auditorio. Dicen que es demasiado alta. Yo creo, sinceramente, que le hubiera venido bien un poco más de altura. La habría estilizado más. Quedaría más guapa. Más allá de eso, yo defiendo la torre porque está integrada. Delante de la torre hay aceras, hay prados, y en los bajos hay un bar y un comercio, y otros bajos pendientes de que alguien les dé vida. Todo lo contrario que ese museo de los horrores que es la mayoría del barrio de Siero Este, donde los edificios son cerrados y están construidos de espaldas a las plazas. Es lo mismo que los edificios nuevos frente al centro de salud. Toda Marquesa de Canillejas está hecha con edificios que dan a las aceras, y en la continuación de la calle dejan que vuelvan a hacer edificios cerrados, con vallas y sin bajos. Esa vocación de aislamiento, estética aparte, contribuye a que el pueblo sea menos pueblo. No me gusta nada.