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El paragües

Mona y seda

La noticia aludía a la apertura del enorme establecimiento de Primark en Madrid y el locutor manifestó que según declaraciones de la marca se vendieron trescientos millones de calcetines en España. Jugué con el número, saqué la media por español. Más de seis per cápita. Pensé si sería un error y fuese el número para toda Europa. No sé si reflexioné más. Como había madrugado, me quedé sopa. Soñé. El planeta estaba plagado de ropas. Hasta los árboles habían sustituido sus hojas por calcetines y a los campos los cubrían camisetas. Al despertar supe que la "fast fashion" nos supera. Nuestros armarios se saturan, se prefiere compra a lavado y el compromiso medioambiental del reciclado queda confinado sólo a las basuras. Se acabó la ilusión por estrenar en Ramos o Reyes y lo de presumir con la ropa de un hermano mayor. Moda y bajos precios dominan nuestros exiguos recursos de crisis y nuestra mentalidad ecologista. Que la indumentaria es uno de nuestros puntos más flojos, lo dicen los beneficios de Inditex o Primark. Recuerdo un refrán con las palabras del título.

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