Se aproxima la noche más mágica del año, esa en la que los niños se duermen rebosantes de nervios e ilusión mientras sus familias renuevan lazos con su infancia.
La tarde del 5 de enero todos salimos a las calles a ver la cabalgata de Reyes. En esos momentos de alegría compartida se para el mundo y la atención sólo se centra en observar las miradas de los más pequeños. Atónitos, siguen el paso de los Reyes Magos y de sus acompañantes. Un par de horas en las que los mayores nos volvemos también niños, caemos en la magia de la noche y pedimos que se cumplan nuestros deseos.
La llegada de los magos de oriente a los pueblos y ciudades de nuestro país es una cita ineludible en las agendas de los hogares españoles; sin embargo, ¿somos conscientes del trabajo que hay detrás de esto? Sólo recordar desde estas líneas que no sería posible sin el gran apoyo de todas las personas que durante semanas preparan las cabalgatas de forma totalmente voluntaria, con una única recompensa: mantener esa ilusión, esa magia que nos pertenece a todos.
Es necesario que los ayuntamientos tengan en cuenta y apoyen a todas estas personas desinteresadas para que está siga siendo la noche más mágica del año.
Entre todos, todo es posible.
