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El Cogollu

Quesada y Prida

La memoria histórica que se ha legislado para un periodo muy convulso de la patria suele perderse con facilidad con el paso del tiempo. Y el campo de la memoria es la historia de un país. Tiene razón Amparito Gómez de Enterría cuando echa de menos un reconocimiento a sus antepasados en Nava. Su lamento coincide con lo que el periodista José Manuel González Torga entiende como un olvido injustificado con el exministro de Alfonso XIII Joaquín Fernández Prida, ignorado en su tierra. Este abogado nacido en Oviedo hace ya 150 años, liberal, ocupó cuatro carteras ministeriales entre 1917 y 1922, Gracia y Justicia, Gobernación, Marina y Estado. Era hermano de Luis Fernández Prida, quien junto a su esposa Amparo Quesada, regentaba la botica, que durante varias generaciones se conoció popularmente como la de Prida.

Aunque este relevante antecesor bien merece un recuerdo en Nava, ya que el exministro pasó la guerra civil escondido en Piloñeta, o bien en Piloña, por el origen de los Prida en La Roza de Pintueles, las inquietudes de Amparito Gómez de Enterría se remontan más atrás. A la primera panadería que abrió en la villa naveta Higinia Sánchez, de Bimenes, que se casó con el riosellano Faustino Quesada Suero, que a su vez inició el negocio de la farmacia, en la que con el tiempo llegó a trabajar una joven licenciada Manolita Martínez; y la primera estafeta de correos que montó el vallisoletano José Gómez de Enterría. En fin, por Prida, Quesada o Gómez de Enterría bien merece Nava tener presente en su historia a los miembros de una laboriosa familia que ha contribuido con sus iniciativas al desarrollo y al progreso de un pueblo. Y sigue presente y muy viva.

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