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El ojo que todo lo desvela

La obra de un magnífico artista plástico

En 36 estampas de vida cotidiana se nos entregan personas-mito: un pescador, unas piescateres contando y clasificando, una pareja de bueyes, muchas veces hombres a caballo, Covadonga (en dos versiones).

Escenas cálidamente guardadas, abrigadas diría yo, como un balagar pisado por pies adolescentes.

Paisajes interiorizados, pareja de ancianos fijos en el infinito, amor joven a la sombra de un árbol con la moto aparcada, labriegos, la búsqueda del agua vital, la recogida de los frutos en maconas, el cuidado de los animales convecinos, las redes y ¡el mar!, la mar de fondo cuando uno medita, la ropa tendida al aire. Y el coche, que recuerda el de Ramón, el padre del artista, y la xarré de memoria imborrable. Paisajes nevados, de calidad "navidal".

En todo ello, una doble fidelidad: al temario y al lenguaje-estilo.

El temario es fiel reflejo de aquella aldea, la cordial y nunca bien expresada aldea que es -era- nuestro ámbito genuino.

De muchas escenas nos puso al corriente el propio artista a base de anécdotas de su vivir. De todas en general abundaban las experiencias de cuantos espectadores acogieron con disfrute personal esta bellísima exposición.

¿Y el estilo? El estilo es inconfundiblemente "monchu". El color amable, las líneas en movimiento, las figuras levemente torsionadas, los momentos en que fueron sorprendidas.

Y, en fin, el ritmo natural, cotidiano. Es inconfundible el dulce estilo personal de la pintura de Monchu, José Ramón García Fernández (Villaviciosa 1936).

¿Es naif? Su ingenuidad conjuga estilos diversos que dan como resultado una línea muy personal que hemos aprendido a identificar y disfrutar. Fue prodigiosa, entre otras muchas muestras suyas, "Arte y Pasión"; allí era lo trascendente. Aquí y ahora lo permanente y cotidiano. Todo lo desvela su mirada amable.

La Fundación José Cardín Fernández se acredita una vez más como ámbito de acogida y muestra de la obra de nuestros magníficos artistas plásticos.

Nada más explícito que estas palabras auténticas: "En esta muestra recorro con mi mirada un tiempu natural, sencillu, humanu y laboriosu que transcurría al ritmu de les estaciones y al pasu sosegau de la vida de la aldea. Allí donde tenemos les raíces los fíos naturales descendientes de esta noble, rica, generosa y guapa tierra".

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