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Estampas navetas

Catarros y resfriados

Repaso de los que nos dejan en unas fechas tan señaladas

Ha resultado movido el inicio del mes que cierra el año, entre otras cosas por las fiestas que fueron salpicando el calendario. También la meteorología ha reforzado esa sensación, ofreciendo un tiempo variado y un tanto desconcertante, con el resultado de que los catarros, y la gripe, hicieran su aparición con especial virulencia, afectando a gran número de vecinos. No obstante, quizá motivada por la proximidad de la lotería, la nochebuena, los regalos, etc., la gente ha registrado un índice creciente de actividad.

Ocurre, sin embargo, que la realidad se compone, en cada momento, de múltiples planos, y mientras el espíritu de fiesta propio del tiempo se adueña de unos, otros pasan por el triste y doloroso trance que supone la pérdida de un ser querido. Así, el 2 faltaba Maximino Sienra Fonseca, que recibió cristiana sepultura el 3 en el camposanto de El Remediu, acompañando a su viuda, Nélida Cueto Diego, natural de la citada parroquia.

Y el 7 fallecía Amadeo Vega Sánchez, de Villa (Nava), a los 83 años. Amadeo era uno de los últimos artesanos de la madera del concejo. Maestro en el arte de la construcción de escobas, era especialista en estiles para guadañas y en mangos para distintos preseos. También era un experto constructor de cestos y macones. De figura delgada, y siempre con el casco reglamentario, solía bajar a Nava conduciendo un ciclomotor vespino de color negro (sé que uno, por lo menos, se lo vendió mi amigo Lito, el del garaje), al que había colocado en el portabultos una caja de madera, en la que cargaba los productos y artículos que adquiría en la villa.

Y el 9 eran dos las vecinas que nos dejaban; María Mercedes y María Argentina. María Mercedes Corte Lafuente, nacida en Campanal (Priandi) y vecina de La Cogolla durante muchos años, fallecía en Oviedo, a los 92 años, mientras María Argentina García Tejo, "Maruja", lo hacía en Bimenes. Maruja nació y vivió siempre, hasta hace poco, en El Llendón (Ceceda). Contaba 84 años, y era viuda de José Manuel Fernández García, "Joseíto", vecino que fue de Ceceda. Maruja era hija de Amelio García, de La Cabaña (Tresali), emigrante, en su día en Cuba y Argentina, y de Mercedes Tejo, la cual, a su vez, era hija de Rodrigo y de Servanda, de la casa de Grandiella (Ceceda). Y tuvo dos hermanos, ya fallecidos, que fueron José Luis y Maximino, es decir, "Pepe" y "Mino", "los de El Llendón". Por cierto, con Mino, pese a la diferencia de edad, coincidí un tiempo en la escuela de Carmina Montes, en Sienra, guardando buen recuerdo de aquella época (1950/51), tanto de mi primera e inolvidable maestra como del alumnado, el cual, con la perspectiva que dan los años, me atrevo a definir ahora como variopinto.

Por último, el 10 fallecía en Oviedo Luis Gonzaga Llamedo Blanco. Era hijo de Sabina Blanco y de Basilio Llamedo Noriega, contaba 69 años de edad y había nacido y vivido sus primeros años con su familia en El Cabañón (Tresali), en una casa que estaba al lado de la antigua carretera 634, derribada en los años sesenta del pasado siglo como consecuencia de las obras realizadas en el tramo Pola de Siero-Infiesto.

Que todas las personas citadas descansen en paz. Pero la vida sigue su curso. Ha quedado atrás Santa Lucía, ha entrado el invierno y se ha sorteado la Lotería. Haya salud.

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