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Cronista oficial de Nava

"¡Esmucióseme!"

Crónica de una rivalidad futbolística en los años 30

Ya comenté que fueron muchas las cosas que traté con mi amigo Álvaro Canto, y sobre todo relativas al fútbol y al equipo de Ceceda, pues, desde bien pequeño, Álvaro no perdía partido de los que el equipo escabechero disputaba en el campo de Les Arriondes, cuya banda corría paralela al carreterín de acceso a la estación de Económicos.

Entonces, como un homenaje a su memoria, y al fútbol de aquellos tiempos, anteriores a la guerra, traigo a colación la crónica de un partido que fue seguramente muy especial para el fútbol cecedano, pues recoge una importante victoria sobre un rival de la categoría del Europa, el equipo de la capital del concejo. La reseña aparece en "La Voz de Asturias" del miércoles 26 de junio de 1935, y se refiere al encuentro disputado "el pasado domingo", es decir, el 23 de junio de 1935. No tiene firma, y se reproduce íntegra, para que cada cual saque sus propias conclusiones. Dice así:

"En Villamayor. Ceceda F. C., 4-Europa de Nava, 0. El pasado domingo se jugó en el campo del Fortuna, de Villamayor, la final del torneo organizado por la directiva de este equipo, en el que se clasificaron finalistas los dos onces arriba indicados. A las órdenes del señor Sánchez se alinearon los equipos, notándose en los de Nava el refuerzo de valiosos elementos, correspondiéndoles elegir campo. Pone la pelota en juego Ceceda, que se lanza desde el primer momento a un ataque que pone en grave peligro la portería contraria, salvándose de momento debido a lo resbaladizo del terreno, lo que dificultaba el remate de la delantera cecedense. No obstante esto, Lale recoge un pase de Noval, chuta rápido y marca el primer tanto. Poco después, Torquito entra valiente a un buen servicio de Herminio y consigue el segundo. A partir de este momento, los navetos se dedican a la caza del hombre, tratando en esta forma de contrarrestar la mejor clase de sus contrarios, viéndose el árbitro obligado varias veces a amonestarles enérgicamente.

"Con el resultado de dos a cero finaliza la primera parte. Apenas iniciado el segundo tiempo, resulta lesionado de consideración Herminio, que estaba actuando en forma magistral, teniendo que ser retirado del campo. A pesar de esto, no se desaniman los del Ceceda, que con sólo diez jugadores siguen dominando y hasta consiguen obtener otros dos tantos más, por medio de Ordóñez. Cuando faltan quince minutos para finalizar el encuentro reaparece Herminio, que es acogido con una cariñosa ovación.

"El Ceceda demostró desde el principio del partido una clase muy superior a la de los contrarios, captándose la simpatía del público por su nobleza y deportivismo, el que por otra parte protestó airadamente antes las marrullerías de juego sucio de los de Nava, tan diametralmente opuesto al de sus vencedores. El árbitro actuó con tanta competencia como imparcialidad. Una vez terminado el match, la bellísima señorita Adosinda Montoto hizo entrega al capitán del Ceceda de la magnífica copa, tan brillantemente ganada por su equipo. El Ceceda alineó: Campo; Eduardo y Acebal; Alonso, Montes y Ordóñez; Riego, Torquito, Herminio, Lale y Noval".

De aquella jugaba alguna vez como portero mi padre, Pepe La Trema, entonces veinteañero, y me tiene contado Álvaro que, en una de ellas, en el campo de Les Arriondes, tras encajar un gol en el que no había estado especialmente afortunado, tuvo que aguantar las enojadas amonestaciones de sus defensas, Eduardo Cocina, "Ayu", y Luis Acebal, "el Sosu". Debía estar el balón mojado, o escurridizo, porque Pepe, a modo de disculpa, solo acertó a decir: ¡Esmucióseme!

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