La revolución de Internet es asombrosa. Esa enorme enciclopedia del saber accesible desde cualquier lugar con mínimo esfuerzo asombra a quienes hemos crecido entre Salvat y Larousse. Ya casi todos parecemos expertos en medicina, pedagogía, mecánica... ¡Sí, eso es así, porque lo vi en Internet! Un amigo intelectual me comenta que para él lo más asombroso de las redes es que pueden fabricar idiotas con una facilidad pasmosa. Personas que con poca formación intelectual y faltas de espíritu crítico tienen tendencia a aceptar como cierto lo que sea insólito y así van acumulando datos quiméricos. Ahora que proliferan agricultores noveles que creen haber inventado la agricultura desde palets y descubierto el abonado con composteras de litro y medio, aceden a las redes mostrando sus logros consiguiendo, a veces, decir tonterías majestuosas. Uno, presenta su huerto lleno de "paniegues" diciendo que son fundamentales en el huerto, "son el ginseng de las huertas". Pienso que debe partir del hecho de que del ginseng se aprovecha la raíz, casi tan gruesa y ramificada como la de la paniega, que su nombre latino es panax ginseng y lo de panax debió de sonarle a paniega. Haber haylos.
