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El paragües

Calles

La despedida final de Abre César constituyó un fenómeno sociológico en la Pola y gente de distintas generaciones quiso hacer su homenaje al emblemático discobar. Es singular su resistencia a momentos de crisis y su arraigo entre polesos. Se hicieron bien las cosas, agradeciéndolo los vecinos del entorno que sufrieron consecuencias escatológicas por Güevos Pintos. La afluencia al adiós fue formidable. Pero a veces no se pone mesura a emociones y puede confundirse gimnasia y magnesia, porque la iniciativa de denominar parte de una calle o la calle completa como Abre César no resiste una vibración de raciocinio. Ya no es que vecinos de la calle Peligros se manifiesten en contra de esas iniciativa, es que además podría llevar a denominar más plazas a calles por nombres de establecimientos que se asociaron a ellas. Por ejemplo, podría haber una Plaza del Fidel o una Calle de Les Muyerines. La verdad que no lo veo. Además la Calle Peligros, antes, Virgen de Peligros ya sufrió la maquila laicista pertinente, aunque sea devoción de quienes asumen serios riesgos para mejorar su vida o hacer que mejore la nuestra.

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