La masa a la que me refiero nada tiene que ver, como se interpretó desde el marxismo, con los elegidos para propiciar un cambio social y arrebatarle los privilegios a la "clase alta".
La masa a la que hago referencia es la masa orteguiana, la de José, la realmente preocupante.
Ortega y Gasset sostuvo que desde la Revolución Industrial, debido a las modificaciones técnicas y tecnológicas o a la evolución de la Ciencia, una parte del mundo se aceleró en una medida sin precedentes. En contraposición la vida de los hombres (colectiva e individual) no siguió el mismo curso, de tal manera que se produjo un desencuentro entre el progreso de la época y el de los hombres, dando como resultado el surgimiento del "hombre masa": el que está a medio camino entre la ignorancia y el conocimiento, el que cree saber y no sabe o el que no sabe lo que debería saber.
Hoy día, aún persistiendo el "hombre masa" e inmersos en una era tecnológica feroz, nos encontramos con el "hombre listu" (en el sentido asturiano del término).
El "hombre listu" desconfía del vecino pero confía en Internet, tiene aversión por los libros pero se cita con "blogs" y, sobre todo, durante cualquier conversación, en un acto vomitivo, teclea en su teléfono alguna palabra mágica que disipe su ignorancia. En fin, en estos tiempos modernos, sin sentido de la moralidad y con un nivel cultural deficiente, cualquier vendedor/ predicador/político, utilizando los medios adecuados y una retórica apropiada, puede sembrar la confusión.
Por cierto, "el hombre listu" vota.
