José Ornia López (Nava, 1963) acaba de lograr la medalla de bronce de los premios "Lux" de fotografía profesional, los más importantes de España. Ha obtenido el galardón con unas sorprendentes imágenes de bicicletas MMR de perfil sobre fondo negro. Huelga decir, aunque duele, que una imagen vale más que mil palabras. Pepe Ornia, desde su estudio de Quintana, ha puesto su nombre en el firmamento nacional de la fotografía, entre los más prestigiosos colegas de España. A lo largo de su carrera ha demostrado una forma de ver y de mirar original, como se había visto ya en el Festival de la Sidra, entre otros motivos, y que ahora engrandece con la medalla "Lux".
Navetu irreductible, habla poco y mira mucho y hondo. Ornia forma parte de una generación de fotógrafos navetos curtidos en la vanguardia, como Falo Diego o Juan Carlos Argüelles. Coetáneos, siempre hemos estado cerca por razones de vecindad. Así se puede decir sin temor a equivocarse que Ornia ha recibido desde la cuna un pensamiento y una sensibilidad suficientes para ocupar dignamente la fuerza de su fotografía. Esa enorme necesidad de mirar de otra manera, que desarma y rinde a los que contemplan el poder de sus cámaras, viene enraizada en los genes que ha cultivado con esfuerzo y sacrificio. El hijo de José Ornia Posada y Luisa López Corugedo, hermano de Luisa María y Begoña, el esposo de Violeta Fernández y padre de Mateo, estaba predestinado al ser el fotógrafo de nuestra época. Hombre inteligente y creador, trabaja con la serenidad necesaria que dan profundidad a sus argumentos y una mejor percepción de las personas y los objetos. Y con sus imágenes parece haber conseguido lo que se había propuesto.
