Ángel Valle Cuesta ha sido elegido presidente de la Asociación de Amigos del Paisaje "Cubera", como sustituto de Etelvino González. El hijo de Maruja y del recordado Ángel, profesor y filólogo, nacido en 1964, el año que más españoles vinieron al mundo, sigue en la senda del arquitecto Ramón Miyar y del artista Joaquín Rubio Camín al frente de la entidad galardonada con el premio "Pueblo ejemplar" en 1991 por su defensa de la ría y de Valdediós.
Conocí a Ángel Valle en los primeros años ochenta en una convivencia en Prau Picón, entre adolescentes comprometidos en la búsqueda de la Palabra. Unos bachilleres residentes en Oviedo se vieron sorprendidos por un grupo de Villaviciosa que animó con su cordialidad y desenvoltura a los ahormados en un internado. Recuerdo al formal Ángel Valle entre cuatro o cinco chicas de la Villa, entre las que se encontraba entonces ya Ana Vallines, hoy esposa y madre de su hija y su hijo. Tras aquellas convivencias, llegó el tiempo de las aulas de la vieja Facultad de Filología. Ángel Valle era un modelo de estudiante, responsable, hablando poco pero siempre justo y exacto. Tímido y discreto, hombre firme, tranquilo y sosegado, que se ha caracterizado por el trabajo constante y el estudio riguroso. Con una notable experiencia en la enseñanza y la cultura asturianas, se ha forjado un prestigio y un reconocimiento merecidos. En su compromiso con la palabra no faltó la colaboración con LA NUEVA ESPAÑA, como corresponsal en Villaviciosa e informador oportuno allí donde lo llevó la tarea docente por el Principado. Gracias a este periódico hemos tenido más oportunidades de tratar con él y de apreciar su saber y su juicio. No conozco al detalle su labor como profesor de Lengua y Literatura, ahora en el Instituto Víctor García de la Concha. Por fortuna para las letras asturianas, este filólogo se sitúa como presidente de "Cubera", donde podrá dar mayor rendimiento a sus dotes y a sus estudios.
