O, quizá, sería mejor separatista, que eso es lo que son. A un mes de las elecciones autonómicas en Cataluña, todo un plebiscito según los propios convocantes, sigue creciendo la euforia del revoltijo formado por los de "juntos por el sí", con el desafío incluido de proclamación de independencia, sí, o sí.
La tibieza de todos los gobiernos de la Democracia, han creado un caldo de cultivo, que al final está llevando a nuestro país a un callejón sin salida, con nulas vías de escape para su solución.
"España nos roba", resulta la frase recurrente de los que detentan el poder y encabezan las listas del 27-S.
Mientras tanto, el fondo de liquidez que nutre de euritos a las comunidades autónomas, les tiene que inyectar centenares de millones cada cuatro días, e incluso ahora mismo ya están tomando posiciones para que en el cercano septiembre, fecha en que se va a analizar la reforme de la financiación a todas las comunidades, ya han puesto el grito en el cielo, solicitando la parte mayor de la tarta para ellos. En ese tema son españoles.
En el momento actual, se esta "cociendo" una renovación constitucional para sustituir a la de 1978, que tiene toda la pinta de que es para seguir complaciendo, y dar alas a estos individuos, con diversas concesiones, amén de que se puedan autodenominar como nación, vieja aspiración de ellos. Pese a que casi nada les queda ya por asumir, sobre todo en comparación con el resto de las comunidades autónomas.
La reforma de nuestra Carta Magna, la Constitución, resulta tema de gran calado, con lo cual lo coherente sería que los españoles fuésemos informados de los artículos que se pretenden modificar. Sería fácil de hacer, en coincidencia con las elecciones generales de diciembre, al igual que en otros países de nuestro entorno, que en temas tan importantes piden la aprobación a los ciudadanos.
Algo similar como en el referéndum convocado con motivo de la entrada en la OTAN, que no todo va a ser que hagan lo que les salga de ahí, con la disculpa de que son nuestros representantes. Amasijos no.
De todos modos ya han surgido las primeras disensiones entre ellos por el reparto del panchón, que es su máxima preocupación, y si al final las 17 mini Españas se quedan en 16, pues igual salimos ganando.
