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La controvertida visita de la Guardia Real

La defensa de la discrepancia con la presencia de la unidad militar en el concejo

La visita de la Guardia Real a Mieres -en realidad a toda Asturias- ha suscitado una polémica entre quienes entendieron que las exhibiciones previstas, incluidas visitas a colegios, formaban parte de una atracción festiva, lúdica, sin otras connotaciones y, por otra parte, sectores de población que mostraron su indignación por el desarrollo de un programa de eventos encaminado a engrandecer y promocionar la Institución monárquica.

Así las cosas se han venido publicando artículos de opinión, se han producido rectificaciones desde el propio Ayuntamiento (generando no poca confusión), se han convocado movilizaciones y concentraciones por parte de movimientos sociales, partidos, sindicatos y asociaciones de Memoria Histórica. De hecho, hasta sectores tan sensibles para la riqueza de nuestros concejos como son el comercio y la hostelería alzaron la voz exponiendo sus argumentos.

Es por ello que quisiera, por medio de LA NUEVA ESPAÑA, posicionarme públicamente en lo relativo a esta controversia.

Me he sumado desde el principio a quienes cuestionaron de forma crítica la visita pero no por un rechazo a las propias Fuerzas Armadas ni por ningún sentimiento de inquina hacia nadie, sino porque, como ciudadano con convicciones republicanas, no entendía que un Ayuntamiento regido por IU, gobernado con mayoría absoluta por dirigentes que siempre han defendido el republicanismo en actos y foros, se mostrara tan complaciente ante una visita que, posiblemente, tampoco estaba en su mano eludir, aunque sí mostrar cierto malestar. Una vez que la noticia saltó a los medios se generó una plataforma desde la cual se reivindicó un sentimiento republicano que consideramos legítimo, justificadamente vivo, pero que en ningún caso arremetió contra los monárquicos aunque pronto suscitó algunas reacciones airadas desde sectores que nos criticaron por ejercer de manera libre, pacífica y democrática nuestro derecho a la protesta. Que cada uno, a tenor de lo descrito, analice su verdadero compromiso con la libertad y la democracia.

No es de recibo, pongo por caso, que alguien desde la derecha más retrograda (no digo que toda derecha haya de serlo por necesidad) se permita atacar o despreciar los actos del Pozu Fortuna aprovechando la polémica por la visita de la escolta real y que el Pisuerga pasa por Valladolid. Me refiero, como es sabido, al portavoz del PP mierense.

Quien tampoco escatimó críticas fue mi apreciado Ricardo V. Montoto, en una de sus columnas dominicales, al endosarnos a los republicanos la ausencia de inversiones en Mieres. Eso así, de propina. Creo humildemente, pero sin sombra de dudas, que se trata de un argumento injusto e insidioso. Nuestro concejo será atractivo para los inversores cuando haya una apuesta clara por la I+D+i, cuando se dote de oportunidades a tanta gente preparada y con ganas de trabajar como aquí existe, cuando mejoremos las infraestructuras y las comunicaciones?

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