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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Los trenes no llegan a tiempo

Las comunicaciones están ligadas al tiempo. Nada es ya suficientemente rápido. Los ordenadores intentan adaptarse a la inmediatez del cerebro humano. Todos nos hemos quejado de que la máquina no responde a nuestros impulsos. Pongan raíles en la tierra, máquinas sobre ellos y resuelvan la ecuación: si en tren empleo menos, el mismo o poco más tiempo en un viaje, compraré un billete; si no es así, iré en coche. Todo esto viene a cuento de la decadencia de las cercanías ferroviarias en Asturias. De El Entrego a Oviedo el tren de Renfe emplea 39 minutos. El coche, poco más de la mitad. Pero el ferrocarril me deja en el centro y me ahorro el aparcamiento. Me puede interesar. De Pola de Laviana a Gijón se tarda unos 75 minutos. El coche, unos 25. Te piensas si merece la pena ir en tren. Viajar desde Aller es como tomar la diligencia. Incluso hasta pueden repartir rifles, como en el Oeste. La apuesta por las cercanías es de reloj... Y de política. Y de inversiones.

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