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Dando la lata

Monedas al suelo

Según avanza la escena percibes la acidez que brota del estómago y una mezcla de pena y asco. Unos aficionados del PSV Eindhoven se ponen ciegos de cerveza en la Plaza Mayor de Madrid mientras se divierten arrojando al suelo unas monedas para que las mujeres que piden limosna se agachen a recogerlas. Qué gracia les hace la humillación de las mendigas. Pero ahí no queda la cosa, porque los altos, sanos y rubios holandeses van más allá en su pretensión de espectáculo y exigen a esas mujeres menudas de tez tostada que se echen al suelo y hagan flexiones si quieren alguna moneda. Y ellas acceden. Más risas. Entonces, a uno de los valientes beodos no se le ocurre mejor cosa que levantarse, exhibir un billete de cinco euros y prenderle fuego. Las gitanas rumanas tratan de rescatar lo que queda del papel quemado mientras el jolgorio va en aumento. Es una escena propia de la Alemania nazi, de corte hitleriano, que transmite una carga de desprecio y una falta de compasión que hace que uno y sienta vergüenza de pertenecer a la misma raza que esos tipos despreciables.

Siempre he mantenido que de los fenómenos migratorios que afectan a Europa lo más preocupante es la reacción de los propios europeos. Evidentemente, no debemos obviar la amenaza de la extensión del radicalismo islámico en nuestro continente, pero a quien más hemos de temer es a nosotros mismos, al europeo de piel blanca, al ser bipolar que, por una parte es capaz de capitanear el desarrollo de la humanidad mientras que por otra, cuando desata su ira se transforma en un monstruo que arrasa sin piedad a los más débiles.

Sí, hay imbéciles en todas partes, pero lo inquietante de la situación es que del centenar largo de holandeses borrachos allí concentrados ni uno solo tuviera lo que hay que tener para poner fin a tan inhumano episodio. De los visitantes de la Plaza, sólo dos o tres hicieron algo para afear la conducta de la masa asalvajada. El resto, silente, a lo suyo, ignorando lo que jamás debería ser ignorado. Y si alarmante es el racismo y la xenofobia de unos, muy triste es la pasividad de la mayoría.

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