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Dando la lata

No es no, o no tanto

En medio del naufragio emerge la figura política de Javier Fernández a nivel nacional. Lo que son las cosas. Una nueva prueba de lo difícil que resulta ser profeta en tu tierra. Desapercibido en casa y reclamado en la capital del reino. Y, además, a mierenses y asturianos nos coloca en una posición incómoda. Como la del vocal más joven de la tertulia del contenedor, reconocido pedrista que tiene que lidiar con una esposa susanista. Y, claro, ahora se debate entre mantenerse firme en sus apoyos o ceder ante la evidencia de que quien manda, manda, en el partido y en casa, abrazar el susanismo y, de paso, experimentar el orgullo de que un paisano dirija el cotarro en Ferraz. Algo que seguramente hará con el mismo sigilo y la discreción con que preside nuestro Principado. Por otra parte, los no adscritos vemos una puerta abierta para que el inadvertido Fernández vuelva a Madrid para quedarse, algo que a él puede que también le apetezca. Madrid es muy grande, el lugar perfecto para que se diluyan las manchas de un pasado que aquí siguen siendo demasiado visibles. Y, a tenor de su ejecutoria al frente del gobierno regional, para Asturias no sería una gran pérdida. Quizá se le dé mejor el recosido de un partido hecho jirones. Uno nunca sabe dónde están sus auténticas habilidades hasta que se pone a ello. Aunque, por otra parte, ya conocen eso de que "alguien vendrá que bueno te hará", un dicho que en esta tierra es más bien un hecho.

Lo que sí hemos advertido es que nuestro joven vocal ya no comparece en la tertulia al grito de "No es no". Su cónyuge susanista lo mantiene bajo vigilancia desde la ventana del salón. En consecuencia, hoy somos incapaces de intuir si vamos camino de la investidura o de nuevas elecciones. Más le vale actuar con prudencia si no quiere que se le venga abajo la ejecutiva y acabe obligado a presentar su dimisión domiciliaria. Pocas bromas, que ya saben aquello de que "en política hay adversarios, enemigos mortales y compañeros de partido". En estricto orden de peligrosidad, de menor a mayor.

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