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Cónclaves, cismas, elecciones...

Las consecuencias de la situación política y económica de España

Cantaba el gran maestro Coppini, allá por los felices ochenta, algo así cómo "Malos tiempos para la lírica". Los que llevamos rodando por el mundo desde aquélla sentimos que la copla se nos ha atragantado y una y otra vez retorna a la boca en un reflujo morboso, sádico, cacique, cruel y se me antoja sin fin. Si nadie lo remedia vamos por la tercera ronda de elecciones, cada una de ellas más absurda que la anterior, y como no hay quinto malo, pues eso?

Y no es ya solo que sea más débil el hilo del que pende, sobre nuestras cabezas, la espada de Damocles de la UE, que, a modo de recortes, nos va a dejar más tiesos que una mojama, no. Lo más absurdo de todo es que no hay en todo el abanico de la política patria, al menos eso me parece a mí, nadie que pretenda hacer frente a los problemas de los trece millones de compatriotas que las están pasando putas -perdón por la expresión- ni ayudar a las más de setecientas mil familias que no ingresan ni un euro al mes, poner freno al desempleo y la precarización caníbal del mercado de trabajo o sentar las bases de un crecimeinto económico sostenible, no solo basado en la coyuntura de un turismo estacional que se beneficia de las tristes circunstancias que crucifican a los países que baña en Mediterraneo. Y para que seguir.

Pero claro, nunca pasa nada dicen ellos, los que saben. Así que esto son suposiciones mías, sí ya sabéis las de un botarate de tres al cuarto que suelta dardos a diestra y siniestra como los que se regalan el señor Iglesias y su partenair el señor Errejón desde el tiuter. O desde los medios los mismísimos señores Ribera, Rajoy, Garzón y Sánchez. A no, perdón, es verdad que don Pedro ya no está, sufrió un golpe de mano, autoinducido o perpetrado por quien pretende "coser" y remendar desde el sur un partido histórico al que a nadie parece tener respeto y que me temo se rompa, al menos en dos, Partido Obrero Español y Partido Socialista Español, con lo que la merma de votos puede ser mayor y dividida entre dos o tres por el cisma.

En frente, como estaba Estambul en la "Canción del pirata" de Espronceda, un Partido Popular que se mantiene por un voto militante, fiel contra los elementos, al que de seguir en esa línea, se le puede atragantar el otoño, como en su caso fue el 11 M. Esta vez por los juicios a miembros de su organización en los cuatro puntos cardinales del país. Y porque negar la mayor y con ella las investigaciones policiales y fiscales, clamando ante las injusticias de supuestos complots políticos, a parte de ser de mal estilo, nunca fue buena estrategia política. Y proponer para cargos de vértigo a quienes están en el cadalso político, a parte de dar mala imagen, genera cierto regusto a prepotencia rancia, típica de las peores épocas recientes.

Y para más inri, los chicos de la nueva política, los que venían como un soplo de aire fresco para rehabilitar y dinamizar la democracia y las libertades españolas, parece que reproducen, puno por punto y coma por coma, todos y cada uno de los errores de la antigua escuela. Tanto que, aunque los ritmos quisieran ser distintos, a nosotros la música nos suena igualmente ratonera.

En estas, solo nos queda esperar que los vientos amainen o rezar lo que sois creyentes para que no nos convirtamos en una nueva versión de la tragedia griega reciente. Porque las revisiones de las óperas primas suelen ser más duras y perversas.

Pase lo que sea y sea lo que pase, un año perdido en esta carrera de fondo es mucho, sobretodo cuando las organizaciones internacionales están empezando a poner en entredicho la política neocon de la globalización y sus ciclos de crecimiento cada vez más atípicos. Y porque el tiempo se acaba y el chicle se ha estirado tanto que no da para más. También porque cada vez hay más consciencia de que aunque hay pastel para todos, el mal uso de los instrumentos de reparto ha dejado ciudadanos del mundo olvidados en una esquina de mierda castigados a quedarse sin él, ad eternis. En fin, nada bueno se puede esperar de un mundo donde un reaccionario machista, falócrata de las armas, con una rata sobre la cabeza puede ser el líder de la primer potencia militar del mundo.

Bueno amigos, espero que todo esto sea solo una rabieta sin fundamento, una erección nocturna pasajera producto de los efluvios de la presente mocedad que me caracteriza, aunque me temo que, como el sueño de la presente juventud y añoranza de la pasada, sea otra receta de las que se exponen en la "Cocina de Arguiñano". Eso sí, como no tengo "tuit", prometo no saetear a nadie.

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