Todo el mundo habla de la Ilustración, primero en Francia e Inglaterra, algo así como el Siglo de las Luces, que en España surgió más adelante. Pero hoy el Nuevo Mundo está lleno de Ilustrados e ilustradores y en el Tercer Mundo ya suenan los nombres de algunas personas.
Hay algunos que comienzan su andar con el TBO o el DDT. Luego pasan al dibujo y terminan con una conjunción del chiste ilustrado, esa mezcla entre el dibujo que despierta gracia y el texto añadido de los aconteceres actuales.
Hay quien escribe con facilidad de forma innata. Los hay que a sus ocho años ya leyeron El Quijote y otros libros de nuestros sabios escritores latinos o griegos. A todos ellos se les pega algo, porque incluso leyendo a diario nuestro periódico, algo les queda de ilustrado en la mollera. Y presumen de ser tales cuando a lo peor no pasaron de un mal bachillerato.
Pero todos ellos desarrollan una tarea ilustrada que tardan en sacar a la palestra. Y presumen de ella, siempre al lado de verdaderos hombres o mujeres enseñantes de sus espectaculares progresos.
Así que, con TBO o El Quijote, nuestros prohombres se sienten amparados por una ilustración que circula y rueda por el mundo con facilidad.
