La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cronista oficial de Colunga

Elviro Martínez, apasionado de Asturias

Aunque sabía de su actividad asturianista, manifestada en publicaciones del IDEA (hoy RIDEA) y en libros diversos editados por el periódico llanisco "El Oriente de Asturias", fruto del entusiasmo sin límites de don Manuel Maya, cuando en realidad conocí la "vocación asturiana" del doctor Elviro Martínez fue con motivo de su incorporación al claustro de profesores del gijonés Colegio de la Inmaculada (PP. Jesuitas), en los comienzos de la década de 1970

El "tándem" formado por el Padre José María Patac S. J. y el profesor Martínez fue un paradigma de la más ilusionada dedicación al fomento de la cultura de Asturias.

Elviro Martínez, natural de Blimea, concejo de San Martín del Rey Aurelio, supo y sabe mucho de esa Asturias minera enmarcada por verdes valles y negritud de carbón. Su trabajo en Llanes, en Tineo, en Colunga... le dio ánimos para comprender a esa Asturias, abrazo de mar y piedra, que tiene vivencias de terruño y afanes de aventura en la emigración. Supo y sabe mucho de esas gentes que forjaron tradiciones de paisaje y de vida manifestadas en sus leyendas, en sus creencias y supersticiones, en sus cantares, en sus costumbres de vida y de trabajo...

Ellas fueron la cuna de sus muchos libros destinados a la divulgación de esos aspectos del folclore asturiano.

Y con ellos, como un exponente más de la asturiana, están sus trabajos y libros orientados a la divulgación de nuestra cocina regional cuyo "pistoletazo de salida" fue la publicación de "La Cocina Tradicional de Asturias (año de 1878)", prologada por don Evaristo Arce y editada por Monumenta Histórica Asturiensia (Gijón 1990), asociación editorial fundada por él y el Padre Patac y que después tendría continuidad, con el mismo ideal divulgador, en Editorial Auseva.

Elviro Martínez, doctor por la Universidad Pontificia de Comillas, diplomado en Genealogía y Heráldica, en su dedicación asturianista llena de universalidad, no dejó en el olvido todo ese caudal de riqueza que encierra la nobleza de nuestros escudos, la hidalguía de nuestros apellidos, el ondeo de nuestras banderas...

Escudos, apellidos, personajes que, saliendo de esta Asturias montana, fueron protagonistas importantes en tierras de emigración hispanoamericana.

Elviro Martínez, el historiador, fue profesor de Historia. Un profesor singular que acertó a ensamblar el rigor científico con la oportuna anécdota. Tal parece que siguió en sus clases lo escrito por Prosper Merimée en su "Crónica del reinado de Carlos IX": "Lo único que me gusta de la Historia son las anécdotas y prefiero aquellas en las que imagino encontrar un verdadero retrato de las costumbres y caracteres de una época determinada".

Elviro Martínez acertó a elevar la microhistoria al rango de la macrohistoria.

Blimea, en estas fiestas de los "Pimientos rellenos" , que tuve el honor de pregonar hace muchos años, rendirá un cariñoso homenaje a uno de sus hijos ilustres: el profesor y doctor Elviro Martínez; un referente de la intelectualidad asturiana y para mí, que fui y soy su amigo, un ejemplo de trabajo y de entrega a Asturias.

¡Enhorabuena!

Compartir el artículo

stats