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De hombre a hombre

Carta a los maltratadores de mujeres

Querido compañero, desearía compartir contigo esta carta cuyo contenido entiendo que, tal vez, suscribas. Ella, va dirigida a decir "no" a la violencia contra las mujeres, seguro que la firmamos juntos.

Verás, decimos a nuestras compañeras que las queremos, sé que en la mayoría de las ocasiones puede ser cierto. Pero está ocurriendo que, sin embargo, las queremos, sí, pero controlar como si fuesen posesión nuestra; nos enfadamos si ellas salen con amigas o amigos sin nuestra presencia; nos permitimos aconsejarlas sobre lo que deben o no hacer; y todo eso dentro del "paquete" del cariño. Claro, falta lo peor: podemos amenazarlas, pegarles, violarlas y ya para acabar, asesinarlas.

Sin embargo, lo descrito no lo hacemos por el bien de las compañeras, como algunos piensan, no; lo hacemos sólo y exclusivamente por nosotros, porque nos creemos superiores, porque las entendemos inferiores, por debajo de nuestro código " alfa". Desde que el mundo es mundo se nos ha enseñado, que el hombre es superior a la mujer que ésta está a nuestra disposición. Fíjate, amigo, que ella, fue la culpable del "pecado"; él, fue engañado. Ahí, en el mal llamado Paraíso comenzó el infierno de la mujer

La mujer, no es nuestra, del hombre, no podemos hacer con ella lo que queramos. Es, a todas luces falso pensar lo contrario, es una situación de humillación constante hacia la mujer que ella no pueda controlar su propia vida.

¿Sabes lo que pienso, cuándo los hombres (algunos) tienen comportamientos violentos con la compañera? Que son seres acomplejados, ínfimos, incapaces de hacer frente a sus frustraciones y limitaciones propias. De ahí su recurso a la violencia, de ahí esa arrogancia de "hombre poderoso", vocinglero, chulo; que culpabiliza de todo lo malo, que él tiene, a la mujer. Lo hace con una superioridad que solo transmite con la violencia, sea a voces, sea a golpes.

Te cuento (seguro que lo sabes) que ahora dentro del posmachismo, que Miguel Lorente define como "una de las últimas trampas que la cultura patriarcal ha puesto en práctica", hay un objetivo claro que está ganando terreno en el mundo masculino; es buscar una igualdad ficticia entre hombres y mujeres, de tal manera que comparan los crímenes femeninos con los masculinos ( que los hay) sin ningún pudor, incluso llegando a presentar la justa y legítima protesta feminista y de muchos hombres, como un ataque contra ellos. Por ejemplo, se dice desde ese posmachismo, sobre la violencia de género, que hay muchas "denuncias falsas" ( algunas sí hubo) que las mujeres utilizan para sacar beneficios en contra de los hombres, y al separarse "quedarse con la custodia de los niños, la casa y la paga". Todo un argumentario lamentable.

El posmachismo no niega la existencia de violencia de género, pero cuestiona su dimensión diciendo que es producto del interés del feminismo y determinadas organizaciones de mujeres, viéndose, así, beneficiadas con su visión particular y sesgada de la realidad femenina.

Quienes está detrás y se identifican con el posmachismo y cosa curiosa, se niegan a que se les defina como "machistas" no son los que asesinan cada año ni los que maltratan, sino el machismo como construcción cultural, el género como diferenciador de unos sobre otras; el que otorga privilegios y beneficios a quienes reproducen sus valores y referencias, con independencia de que usen la violencia contra las mujeres. Esto es lo que no entienden, o mejor no quieren entender los que neciamente comparan asesinatos de mujeres con los de varones. Dice Miguel Lorente que "no es necesario que todos los hombres maltraten para obtener beneficios, pero sí que el machismo funcione y se mantenga".

Como te darás cuenta, compañero, esta carta va dirigida a "todos los hombres", (incluyéndome) en general, y, en particular al "maltratador". Espero, tu firma. La mía, aquí va, con estas líneas.

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