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Dando la lata

Presunción de inocencia

Descartando criterios de conciencia, honor y dignidad, que por aquí no suelen ser tenidos en cuenta, ¿dónde plantamos la frontera a partir de la cual el cargo político ha de dimitir? Porque, siendo estrictamente respetuosos con el derecho a la presunción de inocencia, hasta la sentencia condenatoria firme todos somos inocentes, o deberíamos ser así considerados, incluido el político. Y de un plumazo se acaba con las condenas de telediario, las presiones, a veces justas y otras no tanto, para derribar la pieza antes de saber si es culpable, que por lo general no es lo que más importa. Primero, que caiga, y si resulta que no hizo nada malo, que le ondulen. Para cuando lo haga. Hay otra corriente de opinión partidaria de la dimisión a la primera de cambio, esto es, con la citación judicial para declarar en calidad de investigado, que técnicamente no quiere decir más que eso. Bueno, pues como nos tomamos la política igual que el fútbol, y lo que en un área es una caricia en el otro es un intento de asesinato, si el político llamado a declarar es de unos, los otros exigen ceses y dimisiones. Si es de los propios, no; en ese caso, que prevalezca la presunción de inocencia. Incluso se habla de persecuciones y conspiraciones. Es más, hay culpables declarados inocentes por los suyos, digan lo que digan los tribunales, e inocentes a los que el jurado popular del color opuesto condenó por anticipado y sin remisión. Difícil cuestión la de establecer la barrera. Hombre, generalmente todos sabemos más o menos qué está bien y mal, qué es robar, qué es hacer trampas. Y hay lugares en el mundo en los que, dicen, el político que sabe que no actúa correctamente, porque falsificó, cobró lo que no tenía que cobrar, colocó a la cuñada, recibió regalos nada desinteresados y esas cosas que se suelen hacer, presenta la dimisión en el momento en que la mangancia sale a la luz. Es como una regla no escrita: "No seas chorizo, pero si lo eres y te pillan, te vas de inmediato". La versión española sería: "Ya que vas a chorizar, procura que no te pillen. Y si lo hacen, niégalo y aguanta hasta que escampe".

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