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A contracorriente

La magia de Túnez

Los ganaderos tunecinos tienen contactos con Asturias para adquirir ovejas xaldas para sus ofrendas familiares

Este bello país norteafricano, a un paso de las costas de Sicilia, tiene un pasado intenso y cargado de historia donde los españoles en la época de el rey Carlos I dejaron impronta y marca. Y no hay que olvidar que una de las importantes civilizaciones como fue la emprendida por Cartago, antigua colonia fenicia, es territorio tunecino. Sus guerras púnicas contra el poder romano, donde brillaron como notables estrategas Aníbal, Asdrúbal y Amilcar Barca, son episodios de la historia que han dejado huella y conocimiento de una realidad que sigue presente a través de los siglos. Y Túnez actualmente vive momentos complicados por el grave problema del terrorismo islámico, donde el Turismo, un sector destacado en el ámbito de la economía del país, zozobra y afecta totalmente a un modelo económico que alcanzaba el siete por ciento de su PIB. Ahora, esta actividad del turismo está bajo mínimos y los turistas y viajeros que acudían a estos mágicos rincones del Magreb ya no lo hacen por un miedo cerval, caso de los españoles. Las autoridades turísticas están poniendo todo el empeño en señalar que la seguridad es fundamental y que las zonas de rango turístico y visitable están garantizadas de tranquilidad y buenas vibraciones. Periodistas españoles lo refrendamos recientemente. El problema radica en ese miedo de los occidentales a un traicionero ataque terrorista como los ocurridos recientemente en el museo del Bardo y en la playa de un hotel de marca española.

Y al margen de ese problema de fondo que debería erradicarse cuanto antes, Túnez cuenta en sus enclaves urbanos, costeros y rurales con un embrujo especial que atrae al viajero más exigente, todo ello unido a unos servicios hoteleros envidiables y una profesionalidad en el campo del turismo que sorprende. En estos lugares de palmeras, dátiles y sensaciones es necesario mayor limpieza en las calles y en las playas, mejorar las infraestructuras viarias y que el idioma español esté presente en todos los hoteles y lugares de influencia, pues Túnez siempre se consideró un amigo de España y donde nuestro país tiene importantes intereses comerciales. Precisamente en ese campo comercial, los ganaderos tunecinos tienen buenos contactos con Asturias y llevan unos años adquiriendo ovejas xaldas para sus ofrendas familiares en la fiesta nacional del cordero o en momentos fraternales. Un responsable del turismo y de la aviación de Túnez lo apuntó como dato de interés, insistiendo en la calidad y el sabor de la carne de estas ovejas con genética envidiable. Eso sí, a precios altos y no muy competitivos con los escasos animales domésticos que pastan por los viejos secarrales del centro tunecino, pero lo cierto es que la oveja xalda tiene un mercado en Túnez que camina por la senda de la expansión y el prestigio. Y estas gentes de historia interminable, de genealogía bereber, de intensa hospitalidad, de desiertos amables, de mares sin barca y de dátiles de dedo de luz, buscan ganar la modernidad y acercarse a un turismo verdadero con sus armas. Ofertar calidad, magia geográfica y una gastronomía de altura mediterránea. Nehla Derouiche, bien lo sabe.

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