Cristiano quiere irse del Real Madrid porque le ha trincado Hacienda en un fraude fiscal. Los barcelonistas se frotan las manos para calentarlas del frío que les produjo la condena de Messi por un asunto similar. Y es que el fútbol es ahora más que nunca cosa de dinero. Hace 25 años el Sporting se convirtió en sociedad anónima deportiva (SAD) y desde entonces lo gobierna la familia Fernández. Cuando la afición les pide que se vayan, obvian que para echarlos hay que poner la pasta, mucha sin duda, porque el club ya no es de los socios. Cuando el Oviedo busca ahora un nuevo entrenador, debe esperar a que la decisión se tome desde México, donde están el tándem Carlos Slim/Arturo Elías, los de la pasta. El fútbol es sentimiento, al menos para los aficionados, pero no dejan de ser unos segundones cuando hay que diseñar el rumbo de los equipos, porque ellos son los dueños del corazón de sus colores, pero no de la caja.
