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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Del paraíso a la selva

La maleza en nuestras carreteras es como las sombras en la caverna de Plantón, una representación de la realidad. Los frondosos matojos que cubren cunetas y rotondas no dejan de ser la imagen cruda y poco onírica de una degradación difícil de ocultar. Las quejas por los problemas de seguridad, a la que se suma la penosa imagen ofrecida a residentes y visitantes, proliferan entre vecinos y usuarios. No hace falta más que darse una vuela por las carreteras de las Cuencas y del resto de la región para comprobar que la naturaleza siempre sabia intenta recuperar su espacio al asfalto. Ya en agosto, tiempo de siega, hacen falta muchas guadañas para demasiada limpieza pendiente. ¿Cuál es el problema? ¿No hay cuartos para atender tantas necesidades? El Paraíso Natural va acabar siendo una realidad entre maleza y jabalíes campantes. O quizá se convierta en selva, peligrosa e inaccesible, y deje de ser paraíso.

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