Nadie tiene toda la razón. Nadie está completamente equivocado. Porque nada es blanco o negro. La decisión unilateral de convocar un referéndum de independencia excede claramente las atribuciones de los convocantes que, en consecuencia, están saltándose la legalidad a la torera. Sin embargo, también tiene su punto de razón aquel que entiende que, habiendo sido consultados sobre otros asuntos como, por ejemplo, la OTAN y la CEE, ¿por qué no se nos pregunta algo tan importante como es si queremos ser españoles? Se da por hecho, a pesar de que vemos signos que inducen a pensar que la pregunta podría ser pertinente: Abucheos al jefe del Estado, pitadas al himno nacional, una bandera que parece dar calambre? Lo español produce urticaria a parte de la población. No solo hay independentistas en Cataluña y País Vasco. Hay asturianos que detestan ser españoles, andaluces partidarios de volver a Al Ándalus, canarios que no quieren ser más que canarios. En cada rincón de España puedes encontrar españoles que no quieren serlo. Bueno, pues preguntemos, pero hagámoslo bien. Y tampoco sobraría que España hiciera una reflexión sincera para tratar de explicar por qué tantos de sus hijos reniegan de ella. La Constitución fue refrendada como un paquete completo, sin poder discriminar esto de aquello, república o monarquía, la forma de división territorial, la organización política. Lo tomas o lo dejas. ¿Por qué un rey? ¿Por qué las autonomías de primera y segunda? ¿Por qué el Senado? Tantas cosas importantes sobre las que nadie nos pregunta. Tenga usted claro que yo soy español, algo que llevo generalmente bien aunque, a veces, con resignación. Y que viva el Rey siempre que sea fiel y útil al país. Y cada día menos autonómico, visto que nos conduce al absurdo. Y estoy convencido de que la unión es la mejor forma de avanzar, lo que, en consecuencia, me lleva a entender que el independentismo es un error grave y caro. Lo que no significa que no se deba consultar a la población. Si bien cabe la posibilidad de que nada se resuelva por más que nos pregunten. Según Bismark, si será fuerte España que lleva toda la vida intentando destruirse y aún no lo ha conseguido. Será que lo llevamos dentro.
