En ocasiones, cuando a comienzos de semana busco la noticia que juzgo más interesante para opinar sobre ella, me encuentro con dificultades. Y no tanto porque escaseen los sucesos (a veces no muy agradables, por cierto) sino por todo lo contrario: no siempre resulta sencillo escoger entre la abundancia de novedades.
Así, a modo de ejemplo, la gala de los "Goya" de este año tendría el suficiente aliciente como para hurgar en ella, aunque fuera de un modo breve, tal como se hace en este rincón. Pues lo que para unos fue una exhibición de feminismo trasnochado, que se limitó a un concierto de abanicos y consignas vacías, para otras personas significó un avance, todo sea porque la mujer ocupó un espacio central. Del que, dicho sea de paso, hace tiempo que está ausente.
Trasladándonos ya a una nuestra tierra, lo mismo podríamos decir de esa propuesta de sanción al Sporting, por importe de 75.000 euros, hecha por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la intolerancia en el Deporte. Los hechos desencadenantes serían el apoyo y favorecimiento de las actividades del grupo radical Ultraboys. Además, se refuerza con la actitud de los jugadores que, después de un entrenamiento previo al derby, se arrodillaron en señal de alabanza y respeto hacia el lugar donde se encontraban los hinchas de Ultraboys. Nada habría que alegar a lo primero, a pesar de que afecte a tantas personas -entre las que me encuentro- que seguimos con interés los colores de este equipo, pero que no podemos permitir que la directiva o quienes sean los responsables alienten este tipo de actitudes. En cuanto a los jugadores, quiero creer que todo se debió a un momento emocional, a esa pasión incontrolada que surge en ocasiones, sobre todo cuando se trata de la antesala de un partido contra el equipo rival de la capital. Lo contrario sería pensar que también ellos forman parte de una espiral presidida por el odio y el fanatismo que, por desgracia, tanto daño está haciendo a este deporte.
Y ya posando la lupa en nuestra cuenca, dos fueron, en el ámbito laboral, los sucesos más destacados: la manifestación exigiendo la apertura del centro de discapacitados, y la de los trabajadores de contratas de Capegmini como protesta contra los despidos y contra la precariedad laboral. Confiemos en que ambos casos tengan una solución satisfactoria.
Y para que el dilema de elección sea aún mayor, he aquí que me encuentro en las páginas de este diario con un acto que se celebró en el Centro de Creación Escénica Carlos Álvarez-Nóvoa el pasado jueves, organizado por la tertulia "Encuentros" y que contó con la colaboración del Centro y del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. En el mismo, participaron el Alcalde y los portavoces de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Langreo. Un debate público sobre "Langreo 2018: Presente y futuro", y que permitió a los asistentes exponer sus ideas ante quienes hoy marcan la hoja de ruta municipal. Una excelente ocasión para la ciudadanía de tomarse el pulso en las cuestiones que les afectan directamente. Y así acallar o, en otro caso, afianzar los rumores que se deslizan por calles y bares, que, a fin de cuentas, casi nunca pasan de meras especulaciones. Eso sí, movidas por distintos intereses las más de las veces.
