Vuelve a plena actualidad local la Asociación "Amigos de la Música" (AMAM), bastión de sostén de la Banda de Música de Mieres que, desde un tiempo a esta parte, de la mano del director Antonio Cánovas, viene protagonizando una renovación de alto voltaje hasta el punto de alcanzar los niveles de sus mejores tiempos.
El viernes de la próxima semana, día 2 de marzo, esta Asociación Mierense celebrará su asamblea general ordinaria anual, a las siete y media de la tarde, en primera convocatoria y a las ocho en segunda, teniendo por marco el salón de actos de la Casa de Música de Mieres, ubicada en la calle Escuela de Capataces, sin número. Allí se plantearán los acostumbrados temas, tales como la lectura y aprobación del acta anterior si procede, memoria de las actividades durante el año 2017, estado económico correspondiente al ejercicio del año pasado para finalizar con ruegos y preguntas.
Esta asociación de Amigos de la Música, que actualmente preside Ramón del Llano, fue el movimiento que en su día recogió los restos de la laureada y centenaria Banda Municipal de Música de Mieres, para establecer los resortes indispensables con el fin de lograr la recuperación de la misma e iniciar un proceso de rehabilitación capaz de establecer las bases de una nueva época con vistas a la continuidad.
LA CRÍTICA: Se viene hablando, con cierta frecuencia, de la necesidad de cambios que pueden tener una influencia en el actual ordenamiento del tráfico en el casco urbano de la villa mierense, con especial mención al núcleo donde se encuentra el popular barrio de San Pedro.
Pues bien, desde este modesto rincón de la tertulia "Pel Camín", no falta una sugerencia, a modo de serena crítica, que, si bien no alcanza niveles de esencial, si tiene repercusión en el movimiento "trafiquil" en torno a la avenida de Méjico, arteria de primer orden como entrada y salida de la ciudad y enlace, en ambas direcciones con la A-66. Para mayor detalle ahí va una muestra. Tomando dirección al actual ordenamiento de la calle Luarca, dirección Langreo a la avenida de Méjico y a la hora de tomar contacto entre ambas arterias, surge una situación que el día menos pensado puede traer graves consecuencias. Como es natural el punto exacto exige un stop, pero tanto los vehículos que intentan penetras en la avenida, en dirección a la autopista como a las calles Gijón y Numa Guilhou, han de estar atentos a la circulación por la principal arteria, en ambas direcciones, donde por cierto se mueve el tráfico como si de una carretera se tratara. Y aquí viene el problema. Si los que van en busca de la A-66, han de poner todos sus sentidos en funcionamiento, mientras que los que intentan penetrar en sentido contrario, han de multiplicar ese esfuerzo ante el hecho de que, a un metro o dos de su intento de salida, se encuentra el paso de peatones y "vista a la derecha, vista a la izquierda, ni viene nadie y? ¡zas!, aparece en pantalla un peatón con todos sus derechos. Así que, con el tiempo debido, ojo, pues, ¡al dato!
